El Problema De La Verdad Procesal

El problema de la verdad en el proceso judicial y la historia de la muñeca viajera de Kafka
Por Néstor Leandro Guzmán(*)
I. Introducción II. La historia de la muñeca viajera de Kafka III. El borde entre realidad y ficción en el proceso judicial IV. Conclusiones

IEn el mes de julio del corriente año, fui invitado por el profesor Alejandro Verdaguer -invitación, como diría el DoctorRolan Arazi, basada más en nuestra amistad que en mis conocimientos sobre la materia-, al curso intensivo de Prueba Judicial dictado en la Universidad de Buenos Aires.

Expuse sobre la vinculación entre las teorías de la argumentación jurídica, la prueba y la verdad en el proceso judicial. Procurando alcanzar tal objetivo, me concentré en las distintas posturas que sostienen que no siendo elproceso judicial una empresa científica, no resulta necesario establecer verdades absolutas, siendo suficiente verdades relativas que permitan ofrecer una base razonablemente fundada de la decisión.

Si ello era así, el concepto clave que debería tenerse en cuenta para reflexionar sobre el tema no era el de verdad, sino un concepto generalizado de validez, utilizado epistémicamente, en el sentidode aceptabilidad racional. A modo de introducción, se me ocurrió contarles la historia de la muñeca viajera de Kafka, que describe de manera simple y compleja a la vez, las múltiples dimensiones de una realidad. Lo que se halla “ahí afuera”, lo “real” (el viaje del juguete de la niña), adquiere esa condición, en un proceso de intercambio comunicativo que lo constituye como real, porque resultamediado por palabras, por significaciones, por historias previas, por símbolos, por valoraciones, por acuerdos, en definitiva por precomprensiones del mundo. Con estas ideas, traídas de distintas lecturas, es que quiero contarles previamente esta sorprendente historia.

II
Escribió Kafka en uno de sus cuadernos, dos años antes de morir de tuberculosis de laringe en un sanatorio de Viena: “¿Ysi esto que he imaginado fuera, sin yo saberlo, algo real?”. Este impresionante escritor checo, abogado y funcionario de seguros, de tanto moverse entre penumbras, donde todo es incierto, ha terminado por ser incierto él mismo y por entrar dentro de las novelas ajenas de modo imperceptible, confundido entre los personajes creados por otros. Una historia personal quizá contribuya a explicar esaexistencia cada vez más indecisa de Kafka entre lo que de veras sucedió y lo que otros imaginan que sucedió.

Antes quisiera poner en consideración una preocupación personal, la relación entre la verdad y la realidad mediada por el lenguaje que, seguramente, ha sido el motivo mas fuerte para vincular la historia que sigue con la prueba y la verdad en el proceso judicial, y que siempre me haprovocado o inducido a la siguiente reflexión: Se expresa, muchas veces, que las teorías científicas son también construcciones que no reflejan el mundo, sino que lo constituyen como dato susceptible de ser aprehendido y explicado. Por eso el objeto de la ciencia no es la experiencia, sino aquel que se constituye en un proceso complejo de abstracción.

Dicho esto, pasemos directamente a lahistoria. Paul Auster en su libro The Brooklin Follies, relata una pequeña pero encantadora historia que ilustra la sustitución de la realidad por un relato de la misma. La escena más bella de la novela se sitúa por la mitad del libro, en un capítulo que se llama Yendo hacia el norte. El tío Nathan y el sobrino Tom, discurren sobre Kafka. Tom trata de demostrar que no sólo era un gran escritor, sinotambién un ser humano extraordinario, capaz de lograr, con un acto de generosidad inesperada, cambiar la vida de una persona. “¿Alguna vez has oído la historia de la muñeca?”, pregunta Tom. No, el tío Nathan no la recuerda. Poco antes de morir, a principio de los años 20, Franz Kafka se encontraba en un parque de Berlín junto a su novia, Dora Diamant, cuando se cruzaron con una niña que lloraba...