El Profesor Como Persona
COMO PERSONA
Francisco Ayala
Antes de iniciar con las secciones de este capítulo se presenta un interesante texto de autor anónimo que permitirá un ejercicio de reflexión sobre las implicaciones personales en la práctica de la docencia:
JAMÁS SERÁS MAESTRO
Jamás serás maestro si tu escuela tiene más parentesco con una oficina que con un hogar.
Si tus ojos son doslátigos permanentemente dispuestos para el castigo visual, si tus nervios explotan mil veces al día.
Si tus frases, en vez de caricias, son púas que arañan, si necesitas un arsenal de gritos para tus combates diarios.
Si los niños llegan recelosos a tu escuela, como llegan los enfermos al hospital. Y si te aceptan no como un alimento grato, sino como una medicina obligada.
Si tu escuela seabre cinco minutos antes de empezar las clases y se cierra cinco minutos después de la hora reglamentaria. Y si al abrirse parece que bostezaras y al cerrarse que sonrieras.
Si no comprendes que los niños deben jugar en razón inversa a sus edades. Y si los niños se aburren en tu compañía.
Si tu escuela no es el imán infantil más poderoso de la localidad donde actúas.
Si tu escuela, además de uncuerpo, no tiene alma. Y si únicamente es un taller mecánico del alfabeto.
Si al hablar no encantaras a los niños dejándolos como hipnotizados. Y si no sabes hacerte escuchar hasta con los ojos.
Si no comprendes que el alma de cada niño es un libro en blanco en el que estás escribiendo para toda la vida. Y si, en vez de escribir en ese libro himnos triunfales, te contentas con llenarlo deramplonerías y mediocridades.
Si obtienes licencias sin necesitarlas. Y si trabajas cuando te fiscalizan y cuando se acercan los exámenes.
Si el patio de tu escuela es tan fúnebre como el patio de una cárcel. Y si los recreos, en vez de ser una fiesta para el cuerpo y el espíritu, son lugares donde se sufre frío en invierno, sol en primavera y soledad espiritual en todas las épocas del año.
Sibien esta cita hace referencia al maestro de educación prima¬ria, resulta muy sencillo hacer su transpolación a cualquier etapa del desarrollo humano. El maestro pone mucho de su persona en la labor que realiza. En cada apartado del texto, podemos advertir elementos propios de la personalidad del profesor; el sello de calidez o dureza y energía que se imprime a la relación con el alumno y al entornode la escuela es claro en cada situación y momento.
Resulta una retadora invitación tratar de observarse a uno mis¬mo en la práctica docente y determinar cuáles son los indicadores que delatan nuestra personalidad en nuestro entorno educativo.
Es importante observar que no es posible desligar de la práctica de la docencia los rasgos de personalidad del profesor. Por lo tanto, en lassiguientes secciones se reflexionará sobre la educación como una actividad influida por los factores de personalidad del docente, sobre la importancia de las actividades del mismo y su reflejo en el acto educativo y, por último, sobre la emocionalidad y la salud men¬tal del docente. En resumen, se trata de reflexionar sobre el instru¬mento básico esencial del docente en su labor educativa: su propiapersona.
1. La educación es una actividad personal
La educación es un acto emprendido con real compromiso por pocos hombres y mujeres. Si bien muchos practican la docencia, no son tantos los que realmente se involucran en el proceso educativo y formativo de un sujeto, al grado de llegar en muchos casos al sacri¬ficio personal extremo en favor del desarrollo de sus alumnos.
Si se comparteque la "función esencial de la buena educación es ayudar al niño que crece a autoconocerse y a adquirir actitudes sa¬nas de autoaceptación", la responsabilidad implícita en el acto edu¬cativo requiere que el docente conozca bien la estructura de su persona.
El maestro tendrá serias dificultades para comprender a sus alum¬nos, de cualquier nivel escolar, y más aún en tratar de apoyarles a...
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