El Pueblo Circular
Lo primero, porque no se nos ha comunicado la encíclica por alguna vía auténtica, sinoúnicamente por la gaceta de Madrid, conducto sospechosísimo. Lo segundo, porque hay en ella varias apariencias de apócrifa y entre otras choca desde luego, que habiéndoseexpedido en Roma a 21 de septiembre del año pasado, y remitidose en el 6 de noviembre [4] por el rey de España para su examen a su Consejo que llama de las Indias, no sehaya publicado sino en la gaceta de Madrid de 10 de febrero del presente año: como si el Consejo hubiese necesitado tanto tiempo para consultar sobre una pieza tansencilla, tan urgente y oportuna a los intereses de su nación. Lo tercero, por que no se infiere de la encíclica lo que a su pie quiere y dice Fernando 7º de que volvamos a suobediencia. El papa mal informado por él supone que aun estamos en ella, y nos exhorta a la unión y la paz. Puntualmente si algo puede persuadir, que la encíclica no fueforjada en la península, es que no dice lo que el rey quiere que diga.
Es una mera carta de cumplimiento escrita en guirigay místico, o más clarito: es una gatadaitaliana de aquellas con que la corte de Roma se suele descartar de los apuros y compromisos en que la ponen las testas coronadas; y de cuyo juego de manos son los pr
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