El puntillismo
En el siglo que negó los principios de la autoridad tradicional, que vivió y murió por la igualdad y la libertad, que empezó a dominar el mundo físico; en el siglo que mitificó la máquina y en el que ya nada volvió a ser nada de lo que era antes de la Revolución francesa, el arte expresó realidades inasibles, sutiles, escurridizas, cambiantes, en las que era difícilmarcar fronteras, realidades en las que lo monstruoso colectivo se pasó a lo monstruoso individual.
El arte dejó de ser un medio obediente al poder, a las mil caras del poder de la monarquía y la Iglesia, dejó de ser un sistema visual para construir y asentar concepciones del mundo, para convertirse en instrumento catártico del individuo, en sistema visual liberador de los afectos y tensionesinternas del ser humano: “El conjunto más interesante del Salón es el que nos muestra el señor Edvard Munch –escribió Yvanhoé Rambosson en su comentario al Salón des Indépendants publicado en La Pluma el 15 de mayo de 1897-. El esfuerzo de este artista es de los más singulares. Ante su cuadro hubo bastantes carcajadas. Sin llegar a decir que Munch logró algo definitivo, se abrió un camino personal.Su pensamiento, muy torturado, encuentra a menudo una forma de expresarse insólita e impresionante. Cuando no hay talento, la extravagancia es ridícula, pero cuando un artista es realmente un intelectual, tiene derecho a desembarazarse de todas las formas de arte reconocidas por el pasado y crear al margen de cualquier ley que no sea de su temperamento.
En el siglo XIX el arte también fue elabandonarse en la contemplación, en ver la realidad que defendió Arthur Schopenhauer, pero la traducción pictórica de tal contemplación no fue uniforme como había sido en otros periodos históricos. Si en el siglo XII se puede hablar de arte románico, en el XIV de arte gótico o en el XVII de arte barroco, no existe un “estilo” propio del siglo XIX. El arte deja de ser un lenguaje común paraconvertirse en una especie de Torre de Babel desarrollada en el tiempo y en la que se van sucediendo vertiginosamente –no tanto, sin embargo, como en el siglo XX– los estratos estilísticos o “ismos”. Los cimientos de esta torre se levantan sobre algunos pocos maestros y, en cualquier caso, quizá excepto Rafael, cambiantes y discutidos por unos o por otros.
A medida que avanza el siglo XIX, los pintoresse sirven cada vez menos del pasado para concebir su arte. Buscan angustiosamente un lenguaje propio del Neoclasicismo y el Romanticismo hasta el Impresionismo y el Simbolismo, pasando por el Realismo –en el siglo XIX se inicia la procesión de los ismos–, cada vez tiene menos difusión y aceptación. El público del arte se convierte entonces en una minoría generada en torno al “yo” creador. Es elpúblico de elite y el arte de vanguardia o de pre-vanguardia.
El ser elite y el ser vanguardia hizo que el ciclo de los ismos fuese corto, cada vez más corto, como la evidencia, por ejemplo, el hecho de que en 1886 el crítico de arte Félix Fénéon ya hablase de Neoimpresionismo, cuando la primera exposición impresionista había abierto sus puertas apenas doce años antes, en 1874. Y el ser elite yser vanguardia hizo también que los ismos no fuesen excluyentes entre sí en la práctica artística aunque sus principios se opusiesen, ni tampoco lo fuesen cuando pasaban a formar parte del arte oficial: “El realismo jugó un papel tan considerable en el arte francés del siglo XIX, que por un momento pudo creerse su maestro –escribía en 1892 el crítico Gustave Lamourret en la Revue des Deux Mondes–.Sabemos ahora que se equivocaba, y, aunque su acción no esté aún agotada, se da cuenta de que ya ha perdido mucho terreno conquistado. Ha sucedido con él, en efecto, como con todas las escuelas exclusivistas que han pretendido reinar sobre el arte: en ningún momento de nuestro siglo, ninguna de ellas ha sido victoriosa del todo, ni vencida del todo. Más bien han existido en todas las épocas....
Regístrate para leer el documento completo.