El Puto Amo

Para los dos jóvenes, la caza de un unicornio era ya sólo un evento más de sus vidas, a pesar de ocurrir solamente un puñado de veces al año. El canto de un ave en algún lugar entre la maraña de árboles fue el sonido que reinó entre todos los demás durante los el tiempo en que ambos jóvenes se encontraban de pie, atentos y en silencio, bajo la sombra del robusto roble, que les cobijaba delabrasador sol. Marco se retiró una vez más el sudor de la frente.

El bajo silbido proveniente del interior les puso en marcha, sorteando árboles, raíces y la esporádica aparición de una pequeña criatura hasta que en medio del resplandor del sol filtrándose entre las ramas, un fulgor diferente y conocido para ellos apareció, débilmente primero, tornándose más potente a medida que ambos se acercaban. Dando un giro alrededor del delgado tronco del árbol de cuyo otro lado provenía la blanquecina luz, despedida por el cuerno de la criatura que reposaba incauta sobre las piernas de una joven. Dicha joven poseía rojos cabellos que le caían por los hombros en cascada, enmarcando un blanco rostro y unos negros ojos que miraban  al animal tendido en su regazo con augusta resignación, contemplando unavez más la realidad de ser la perdición de una criatura que no podía resistirse a ella, ni a otras muchachas como ella.

-Buen trabajo, Erina.-  

Adríán, el más fornido de los dos cazadores, abrió su alforja, tomando de ella una cuerda que pasó alrededor del cuello del animal, creando un nudo lo más firme posible sin ir a ahorcar a la criatura; y otra menos extensa que uso para sujetar suhocico. Levantando la cabeza del animal con ambas manos, le permitió a la doncella ponerse de pie, antes de depositar la cabeza del unicornio en el suelo. Marco sacó dos cuerdas más pequeñas, arrojándolas al suelo. Levantó las patas delanteras, atándolas con la misma precisión que su compañero, el unicornio sólo se sacudió ligeramente en medio de su sopor.  La joven que sirvió de anzuelo para eldesafortunado ser sólo podía ver cómo la escena se desarrollaba ante sus ojos.

Marco se alejó hacia el exterior del bosque, llegando a la carreta en la que habían venido a cumplir su misión. Esta era una jaula de madera con dos asientos apoyados contra ella en el frente. Abrió la puerta de la jaula, bajó un tablón largo que colocó a guisa de puente entre el suelo y la carreta y descargó de allí unaplataforma de madera con asas, la cual llevó de regreso al lugar donde cayó el unicornio. Ambos arrastraron con esfuerzo a la criatura, que continuó sin reaccionar hasta que estuvo acomodada sobre la plataforma. Cada uno tomó entonces un extremo de ésta y levantaron, avanzando a paso lento pero constante hasta llegar al vehículo.

Marco subió primero por la improvisada rampa, de espaldas, conlentitud, mientras su compañero le apoyaba desde abajo, hasta que lograron con gran esfuerzo colocar al animal sobre el suelo de la carreta. Bajaron de la jaula y ayudaron a subir a la joven,la cual se sentó a un lado del unicornio, acomodando su vestido para ajustarse al incómodo asiento.

Mientras Marco echaba el pestillo a la jaula desde fuera, Adrián dió la vuelta para subirse a uno de losdos asientos en el frente; los caballos bufaron al sentir que era hora de partir y Adrián sintió cómo toda la carreta se estremecía con el movimiento del unicornio. En cuanto se pusieran en marcha, el animal se despertaría, pero con la joven haciéndole compañía, la bestia no presentaría ningún inconveniente para ellos.

Marco subió a su lado y tomó las riendas de los caballos, azuzándolos; sepusieron en marcha inmediatamente.

Erina, la joven, posó su mano sobre el hocico del unicornio, tocando su blanco pelaje. Lentamente éste abrió un ojo, un ojo de una negrura que contrastaba con la claridad de su cuerpo y el plateado destello de su crin y cola; un ojo tan negro como el de Erina. El resplandor de su pupila sobresaltó a la joven, a pesar de no ser la primera vez que lo veía....