El Puñal Del Godo
José Zorrilla
Drama en un acto
Aprobado para su representación por la Junta de Censura de los Teatros del Reino en 30 de Junio de 1849
Personajes
DON RODRIGO.
EL CONDE DON JULIÁN.
THEUDIA, noble godo.
ROMANO, monje eremita.
La escena pasa en la soledad de Pederneira, monte de San Miguel, cerca de la ciudad de Viseo, en Portugal, la noche del día 9 deSeptiembre de 719.
A mi buen amigo D. Tomás Rodríguez Rubí
A tí, que sabes de la historia y origen de este juguete, y el escaso tiempo que se me dió para escribirle, te le dedico ahora que le doy á luz; porque, escudado con tu nombre, serán acaso mejor disimulados los muchos defectos inherentes á una obra escrita por apuesta en determinado número de horas.
No atiendas, pues, asu poco valor, sino al buen recuerdo que con ella te consagra tu amigo
José Zorrilla
Madrid, 20 de Diciembre de 1842.
Acto único
Interior de la cabaña ó ermita del MONJE ROMANO, sostenida en su centro por un pilar de madera ó tronco de árbol, á cuyo pie hay dos asientos. Á la derecha una pequeña hoguera, colocada bajo un respiradero que da salida al humo. Asientos groseros por la escena.Puerta á la izquierda que da á otra habitación que se supone en la cabaña. Puerta en el fondo, abierta la cual se verá monte al resplandor de los relámpagos. Al levantarse el telón se ve su claridad por las junturas, y se oye tronar á lo lejos. La hoguera y una tea alumbran la escena.
ESCENA I
EL MONJE ROMANO, á la lumbre.
ERMITAÑO ¡Qué tormenta nos amaga!
¡Qué noche, válgame el cielo!
Y esta lumbre se me apaga...
¡Si está lloviznando hielo!
¡Cuán grande á Dios se concibe
en aquesta soledad!
¿De quién sino de Él recibe
su aliento la tempestad?
¿Cuyo es el terrible acento
y el fulgor que centellea
cuando zumba airado el viento
y el cenit relampaguea?
¿Quién peñas y árboles hiende
con la centella veloz,
como segadorque tiende
las espigas con su hoz?
¿Quién sino Dios, que se asienta
sobre las nubes sereno
cuando en las nubes revienta
el fragor del ronco trueno?
Señor, que de las alturas
de tu omnipotencia ves
á las pobres criaturas
que se arrastran á tus pies,
detén, Dios bueno, tus iras,
detén tu justo furor,
si justa saña respiras
contra laobra de tu amor.
Pudiste en un punto hacerla,
Y tu inmensa potestad
puede en otro deshacerla
si tal es tu voluntad;
mas considera, Dios mío,
que vas á igualar así
al que se te aparta impío
y al que se postra ante ti.
(Un momento de pausa.)
Mas tanto tardar me extraña,
y estoy temiendo por él...
¿Por qué deja la cabaña
en una tarde tancruel?
¡Válgame la Virgen Santa!
Si á espesar la lluvia empieza,
¿cómo con segura planta
podrá subir la aspereza
de esa desigual garganta
por do la senda endereza?
¡Infeliz! ¡Cuánto en el mundo
lleva sin duda sufrido;
cuánto es su dolor profundo,
y cuánto está arrepentido!
Mas siento pasos... Parece
(Abre y dice afuera.)
que llega ya. Entradligero,
que la tempestad acrece.
ESCENA II
EL MONJE y THEUDIA embozado.
THEUDIA Gracias.
ERMITAÑO Mas ¿quién se guarece
de esta choza?
THEUDIA Un caballero.
(Entra THEUDIA y se desemboza. Quedan mirándose un momento.)
Sorprendido os hais quedado.
¿Qué es lo que tenéis, buen hombre?
ERMITAÑO Y ¿no queréis que me asombre
deque hayáis aquí llegado?
THEUDIA En verdad que es aprensión
tener, como una cigüeña,
en la punta de esta peña
un hombre su habitación.
ERMITAÑO Mis votos me retrajeron
á esta triste soledad.
THEUDIA. ¡Monje sois! ¡Oh, perdonad
mis palabras si os pudieron
ofender!
ERMITAÑO No, en modo alguno.
Acogíme á esta montaña
sin creer que...
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