El que no es

El que no es y el que no fue...

Las gigantescas puertas de oro macizo se abrieron silenciosas de par en par, dejando ver en su interior un recinto digno de esperarse de Luczel, amo y señor del nivel más profundo del infierno.

Ahí Maximillian vio que lo que estaba ahí dentro no se parecía en nada a lo que se esperaba, Luczel parecía ser totalmente diferente a todos los seres del inframundo,y así también lo era el lugar donde pasaba la mayor parte del tiempo.

Todo era blanco en ese aposento, el suelo era de una piedra que asemejaba al mármol, pero los grabados que relucían como lámparas en él hacían recordar que no era nada parecido a lo que podía existir en las dimensiones humanas. El techo de un cristal blanco brillante tenía engarzadas pequeñas piedrecillas rojas, haciendojuego con los grabados del suelo, y proporcionando algo de luz extra en la habitación.

Las paredes estaban llenas de ilustraciones sumamente antiguas, que relataban la manera en que la llamada “especie prima” se separó en ángeles y demonios; y también como Luczel, uno de los primeros serafines, se rebeló contra su gente y pasó a regir el infierno.

En todo el centro de la habitación circular,había un enorme orbe negro levitando, se podía sentir que emitía una cantidad intimidante de energía, pero que a la vez no había manera de reconocerla ¿Qué era eso?

La música de órgano que se escuchaba en todo el castillo provenía también de la recámara de Luczel, estando una diablesa joven de cabello azul tocando apasionadamente el instrumento, para el deleite de todo aquel que fuera capaz deponer un pie en el palacio de Ynel.

Otro temblor estremeció todo el noveno nivel del infierno, el combate entre Luczel e Ileth tomaba cada vez más fuerza, estremeciendo incluso el octavo nivel que se encontraba justamente arriba.

Por fin, en presencia de la extraña energía del flotante orbe negro, Geimshall tomó la capa con capucha negra que nunca se había quitado y la arrojó al suelo. Dejandover por fin su rostro pálido y de facciones suaves, su cabello rojo le caía lacio hasta los hombros, y sus ojos color naranja estaban clavados como los de un halcón en la misteriosa esfera.

– Geim ¿Qué es todo esto? ¿No pudimos haber matado primero a Luczel? – Preguntó Maximillian, buscando que todo lo que sucedía tuviera sentido.
– Éste es uno de los únicos tres contactos existentes en todo eluniverso, el otro está en el tope de las siete torres blancas de los serafines en el cielo, y el tercero está en posesión del viejo Sahnarieph.
– ¿Contacto? –
– Se llama contacto a los únicos tres artefactos capaces de perforar los muros dimensionales artificialmente, permitiendo el acceso incluso a Eise, la dimensión divina –

Ahora todo empezaba a tener sentido, Maximillian por fin pudosentir algo de confianza con Geimshall, al ver que iba enserio con lo de desafiar la divinidad.

– Sólo una última cosa Geim ¿Por qué este y no los otros dos? –
– Es sabido que los emperadores demoníacos son por mucho más poderosos que los serafines de los siete soles, pero también que estos serafines al momento de verse invadidos pelean todos juntos, y prefieren destruir el contacto en suposesión que dejar que alguien lo toque; fue por eso en primer lugar que Luczel abandonó su cargo, en busca de un contacto que pudiera usar. –
– ¿Y el otro? –
– ¿De veras tengo que explicarte ese último? Los poderes de Sahnarieph, como los de cualquier juez Nehim, son monstruosos, aún no somos los suficientemente poderosos para hacerle frente a seres como aquellos. –
– Entonces ¿Qué es lo que quiereshacer? –
– Ese desgraciado tenía razón, eres muy preguntón. – Respondió Geimshall en un tono mixto entre la burla y la molestia.
– Sólo respóndeme… –
– Vamos a robarlo, de momento sólo yo soy capaz de enfrentar a un juez Nehim, pero si queremos llegar a luchar contra los seres absolutos, necesitaremos más de uno. –

Geimshall acercó sus manos lentamente a aquella esfera que levitaba...