"El Realismo..." Por Nicolás Canedo

El realismo y la tópica de la marginalidad. El caso de dos ficciones televisivas: Okupas y Tumberos1
Por Nicolás Canedo (2009)



1. Introducción: haciendo y deshaciendo “realidades”

Bastante se ha indagado ya sobre el Nuevo Cine Argentino, corriente cinematográfica que recibió por parte de la crítica lecturas donde se le asigna el valor del realismo (del Coto; 2007). Lejos de adherir allugar común que acepta la posibilidad del “reflejo de la realidad” (como si lo real fuese algo estable de lo que el cineasta o el periodista pueden simplemente servirse para algún propósito), comprendemos que el realismo implica un contrato de lectura.
En su artículo “El efecto de realidad”, Roland Barthes describe al realismo como una “nueva verosimilitud” de las obras literarias de lamodernidad (Barthes; 1994). Mediante la proliferación de detalles que no afectan las acciones que estructuran el relato (los “nudos” como los llama según el análisis estructural del relato) y que son dispuestos como “inútiles”, “carentes de sentido”, se logra la connotación realista. “Semióticamente, el `detalle concreto´ está construido por la colusión directa de un referente y un significante; elsignificado está expulsado del signo y, con él, por supuesto, la posibilidad de desarrollar una forma del significado, es decir, de hecho, la misma estructura narrativa (la literatura realista es ciertamente narrativa, pero eso sólo porque el realismo en ella es solamente parcelario, errático, está confinado en los `detalles´, y el relato más realista que podamos imaginar se desarrolla con víasirrealistas). Esto es lo que se podría llamar la ilusión referencial” (Barthes; 1994).
Acaso las consideraciones que el autor realizara con respecto a la literatura puedan servirnos para nuestra presente aproximación a los discursos audiovisuales. Nuestro interés es indagar en la llegada de ese “realismo” que la crítica reconoció en el Nuevo Cine Argentino, a la televisión. Esto ocurrió a principios dela presente década, cuando en el año 2000 se emite por primera vez, en la pantalla de Canal 7, Okupas. Esta ficción, escrita y dirigida por Bruno Stagnaro (co-director junto a Israel Adrián Caetano de Pizza, Birra, Faso, una película emblema del Nuevo Cine Argentino) se convirtió en una serie de culto para la juventud de la época. Su segunda emisión, dos años después, en la pantalla de América 2fue de la mano de otra ficción, de algún modo, heredera del Nuevo Cine Argentino: Tumberos (escrita y dirigida por Caetano).
A estos programas les seguirían otros como Sol Negro o Disputas, en los que la autoría por parte de cineastas de la mencionada corriente deja de ser una constante. Todos, sin embargo, son exponentes de un fenómeno de época que aquí hemos dado en llamar la tópica de lamarginalidad. Este supone el giro de la televisión hacia la representación de los cuerpos, los espacios y las prácticas ilegítimas como garantía de veracidad.
Nuestro trabajo intentará dar cuenta de los procesos de producción de sentido que entran en juego en algunos filmes de la mencionada corriente, y con mayor énfasis, en estas dos ficciones televisivas: Okupas y Tumberos. Entendemos que el realismo,en tanto contrato de lectura, se construye tanto a través de procesos de ficcionalización como de autentificación (del Coto; 2007)2. Muchos recursos empleados por el Nuevo Cine Argentino pueden verificarse en las series de televisión mencionadas. No obstante, la especificidad del lenguaje televisivo, de los destinatarios a los que intenta interpelar, y demás cualidades inherentes a este medio decomunicación, propician diferencias notorias con los exponentes del cine a los que la crítica suele anexar estas series denominadas, también, “realistas”.
Posiblemente la asignación indiscriminada del realismo como valor, ponga en evidencia esquemas representacionales cuya magnitud y relevancia sobrepasa con creces nuestro modesto objeto de estudio. Nuestra pregunta es la siguiente: ¿puede...