el retorno del padre
“Ya en el terreno filosófico, ya en el de las novelas, Alemania posee una literatura fantástica—mejor dicho, sólo posee una literatura fantástica.” (Jorge Luis Borges, Los traductores de las 1001 Noches). ¿Cómo está tejida esa otra literatura, igualmente fantástica, que Freud inventó con su escritura y con las muchas escrituras que la suya hizo posibles?
Para acceder al modo deorganización de la discursividad psicoanalítica es necesario efectuar dos operaciones previas. Primero, separar del conjunto de la literatura en cuestión las producciones significativas o relevantes en función del objetivo propuesto; esto supone un juicio de valor e implica, por consiguiente, un riesgo, pero sería ingenuo creer que «todo vale lo mismo» y que es posible decir algo coherente acercade la discursividad psicoanalítica sin establecer la jerarquización propuesta. Una vez establecidas las producciones relevantes, hay que efectuar una nueva operación que consiste en delimitar lo que vamos a llamar unidad textual. Entendemos por unidad textual un escrito escogido de acuerdo a los criterios de la primera operación junto a los grandes comentarios que lo prolongan y que, en estesentido, son inseparables de él, ya sea porque desarrollan aspectos sólo esbozados en el texto de referencia, ya sea porque permiten un enfoque diferente de éste, ya sea, en fin, porque lo sitúan en un contexto de actualidad o lo vinculan a nuevos contextos. En algunos pocos casos, la unidad textual incluye producciones previas porque el escrito de referencia despliega potencialidades de esasproducciones que tan sólo entonces adquieren valor y relieve.
De acuerdo con las operaciones señaladas, la discursividad psicoanalítica se organiza según tres configuraciones básicas: teóricas, narrativas o de ficción y míticas. Raramente estas configuraciones se presentan de manera aislada; lo más frecuente es que nos encontremos con configuraciones mixtas. Como los términos empleados paracaracterizarlas han sido definidos de maneras muy diversas y en contextos muy diferentes, daremos unas definiciones someras de mito, de ficción y de teoría, y éstas tendrán, para el curso de la exposición, un valor simplemente instrumental.
Ante todo, las configuraciones míticas, ya que son las más difíciles de caracterizar de manera unívoca:
1) El mito tiene un carácter genérico, universal; de modotal que, aunque expresado por alguien, ese alguien, en el acto mismo de expresarlo, parece convertirse en nadie.
2) El mito, en psicoanálisis al menos (aunque puede que lo que sigue sea válido para otras disciplinas, y acaso para cualquier disciplina) está estructurado como un conjunto de enunciados, densos y breves, en cuya trama convergen los únicos dioses que Freud reconocía: Logos y Ananké.Estos enunciados, cargados de una intensa aura emocional, en el sentido de Walter Benjamin, funcionan como un condensado discursivo. Sin embargo, las correspondientes consecuencias que de tal condensado pueden derivarse no lo hacen en el espacio mítico mismo, sino que corren a cargo de la ficción y de la teoría, lo que nos conduce a la cuestión de las relaciones que las configuraciones mantienenentre sí.
3) En el dominio psicoanalítico, lo habitual es que narración y teoría se desplieguen según sus propios medios, sin recurso al mito. De esto y del apartado anterior se deduce que toda configuración mítica precisa de una configuración narrativa o teórica, y a veces de ambas, para desarrollar sus consecuencias; en este sentido el mito funciona siempre como argumento de una narración ocomo núcleo de una teoría (en el sentido de Imre Lakatos) ¿Es verdadera la proposición inversa? ¿Precisan del mito la narración y la teoría? No si se consideran configuraciones teóricas o narrativas aisladamente; sí, en cambio, si se considera la disciplina globalmente, como red de configuraciones articuladas. De nuevo aquí, es posible que esto sea válido para muchas disciplinas. Aprovechemos esta...
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