El Rey Bufon
a José María Roa Bárcena
Raúl Hernández Viveros
José María Roa Bárcena nació en la capital veracruzana,
el 3 de septiembre de 1827, y murió el 21 de septiembre de
1908, en la ciudad de México. Ahora lo recuerdo al recién
cumplirse el centenario de su fallecimiento. Hay que insistir
en la lectura de las obras de este autor veracruzano, por sus
valiosasaportaciones en la creación de cuentos, poemas,
novelas breves, traducciones, y páginas dedicadas a recoger
partes fundamentales de la historia nacional, como fue su
importante obra “Recuerdos de la invasión norteamericana
(1846-1848)”,1 en donde expresó su verdadero amor y
respeto por su patria.
La Universidad Veracruzana lo dio a conocer en la
colección Rescate del Instituto de InvestigacionesLingüístico-Literario, la edición con el prólogo de Gastón García
Cantú, en 1986. Anteriormente, Jorge Ruffinelli, quien
fundó y tuvo la dirección de esta serie, escribió el prólogo
al volumen Noche a raso,2 de José María Roa Bárcenas.
Dichos libros aparecieron con una viñeta de Pepe Maya, las
fotografías realizadas por Héctor Darío Vicario, sobre una
lámina de “México a través de lossiglos”, de Vicente Riva
Palacios, y de la imagen “Ofrenda” (fragmentos creados en
óleo), de Fernando Vilchis.
El proyecto de Jorge Ruffinelli, fue el de proponer una
lectura completa de la prosa de José María Roa Bárcena, por
lo cual con este panorama narrativo propuesto se permite
la posibilidad de revisar cada una de las aportaciones del
destacado xalapeño ilustre. Desde sus intentos por escribirnovelas breves, que se ofrecían por entregas en los diarios
o semanarios, a la lectura de los extraordinarios textos de
“Noche al raso” (1865), en que se advertía ya la plenitud
del oficio de escritor, y con los cuentos excelentes, por
tiempo
ejemplo, de “La docena de sillas para igualar”, o “El cuadro de Murillo”, hasta llegar a la perfección magistral de
“Lanchitas” (1877).
Comocierre con broche de oro a la inspiración del creador del cuento moderno en México, permanecerán siempre
las líneas nostálgicas de “Combates en el aire” (1884). Por
supuesto José María Roa Bárcena, al final del siglo XIX
inauguró una estética literaria diversa y original, dentro de
la estructura del relato. Detrás de la inspiración se abrieron
las posibilidades infinitas de la búsqueda hacía elinterior
de nuestro espíritu, y el enfrentamiento con los rincones
oscuros del pensamiento. Aunque su mejor pieza narrativa
haya sido “Lanchitas”, que fue incluida en la “Antología
de cuentos mexicanos (1875-1910),3 de Joaquín Ramírez
Cabañas, sólo representó la culminación de un proyecto
universal, que ofreció un estilo particular y ejemplar.
Por lo cual es importante retomar elplanteamiento que
Jorge Ruffinelli hizo al final de su mencionado prólogo:
“Hay que decirlo: en estos cuentos hoy ya clásicos, Roa
recupera y funda la fruición de lectura que caracteriza a la
mejor literatura, gracias a una mano diestra en la descripción, en el ritmo, en el lenguaje, en los diálogos. Como
si por un momento se despojara de la ideología, dejase a
lado las intenciones políticas inmediatasy panfletarias, así
como actitudes, así como actitudes religiosas y morales y se
decidiese sencillamente a narrar bajo el viejo encantamiento
del que hablara E. M. Foster, nos cuenta algunos de los
relatos más estremecedores e interesantes de la literatura
mexicana del siglo XIX. Es allí un iniciador, un fundador,
un maestro al que es preciso volver una y otra vez para
aprender adisfrutar”.
memoRiA
También se debe ir todavía más lejos en el campo de
la crítica literaria, cuando Julio Jiménez Rueda ofreció la
selección Relatos,4 y en su prólogo señaló acerca del estilo
de José María Roa Bárcena, lo siguiente: “Por la manera de
llevar la narración, por el interés que pone en los caracteres,
el humorismo con que describe, la preferencia que da al
ambiente burgués...
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