EL RICOTE ERUDITO
Hubo un rico en Madrid (y aun dicen que era
más necio que rico),
cuya casa magnífica adornaban
muebles exquisitos.
«¡Lástima que en vivienda tan preciosa»
ledijo un amigo,
«falte una librería!, bello adorno,
útil y preciso.»
«Cierto», responde el otro. «¡Que esa idea
no me haya ocurrido!...
A tiempo estamos. El salón del Norte
a este fin destino.»Que venga el ebanista, y haga estantes
capaces, pulidos,
a toda costa. Luego trataremos
de comprar los libros.
»Ya tenemos estantes. Pues, ahora»,
el buen hombre dijo,
«¡echarme yo a buscar docemil tomos!
¡No es mal ejercicio!
»Perderé la chaveta, saldrán caros,
y es obra de un siglo...
Pero ¿no era mejor ponerlos todos
de cartón fingidos?
»Ya se ve: ¿por qué no? Para estos casos
tengoyo un pintorcillo
que escriba buenos rótulos e imite
pasta y pergamino.
»¡Manos a la labor!» Libros curiosos
modernos y antiguos
mandó pintar, y a más de los impresos,
varios manuscritos.
Elbendito señor repasó tanto
sus tomos postizos,
que aprendiendo los rótulos de muchos,
se creyó erudito.
Pues ¿qué más quieren los que sólo estudian
títulos de libros,
si con fingirlos de cartónpintado
les sirven lo mismo?
La Lechera
Llevaba en la cabeza
una Lechera el cántaro al mercado
con aquella presteza,
aquel aire sencillo, aquel agrado,
que va diciendo a todo el que lo advierte«¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!»
Porque no apetecía
más compañía que su pensamiento,
que alegre la ofrecía
inocentes ideas de contento,
marchaba sola la feliz Lechera ,
y decía entre síde esta manera:
«Esta leche vendida,
en limpio me dará tanto dinero,
y con esta partida
un canasto de huevos comprar quiero,
para sacar cien pollos, que al estío
me rodeen cantando el pío, Pío.Del importe logrado
de tanto pollo mercaré un cochino;
con bellota, salvado,
berza, castaña engordará sin tino,
tanto, que puede ser que yo consiga
ver cómo se le arrastra la barriga....
Regístrate para leer el documento completo.