El rol del docente
Ser docente ayer, hoy y en el futuro ha sido, es y será una enorme responsabilidad la que, a la vez, se constituye en un privilegio singular que todos los que ejercemos ladocencia conocemos. La posibilidad de contribuir a la formación de personas es, sin duda, una tarea ardua y, por qué no decirlo, envidiable, que hoy tiene posibilidades reales de tener alcance global.
Laresponsabilidad de los educadores no es cumplir mecánicamente con un mandato sino analizar cuál es la transmisión cultural que debe tener lugar hoy, con qué contenidos, con qué formas de autoridad; ydejar espacio para crear pedagogías nuevas. Transmitir pero habilitando a los otros, para que el legado sea recreado, y así se enriquezca el mundo común que habitamos adultos y jóvenes.
Hablar deautoridad es también hablar de lazos, de relaciones, de dos o más de dos y de lo que entre ellos ocurre en el espacio de “vivir juntos”. Pensar a la autoridad en una trama de encuentros, allí donde almenos dos en relación asimétrica entrelazan sus subjetividades en un tiempo y un espacio cultural, histórico, social en común, para perpetuarlos y recrearlos.
El docente, desde sus diferentes roles,debe hacerse cargo de su ineludible ejercicio de autoridad para la concreción del acto educativo, y la escuela debe volverse un lugar autorizado, pero no “autoritario”, que no disuelva las asimetríassino que las vuelva motor de trabajo y las ponga en diálogo y fricción con las otras formas de relación (igualdad, diferencia, autonomía) entre alumnos y maestros.
La autoridad pedagógica seconstituye en un saber ligado a la propia reflexión sobre el lugar que ocupamos como adultos educadores, un saber ligado a los gestos y actitudes y un saber ligado a lo que otros pueden enseñar y aportar en laconstrucción de una autoridad democrática. Todos construimos autoridad, esa es nuestra responsabilidad política.
Hoy en día los docentes sentimos que la relación que antes manteníamos con...
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