el romanticismo
Salgo mañana y como sólo son seis millas de camino al lugar donde nací, quiero volver a verle y recordar los días de mi infancia, que fueron como un sueño. Quiero entrar por la mismapuerta por donde salí con mi madre cuando, después de morir mi padre, abandonó esta querida y tranquila aldea para encerrarse en esa espantosa ciudad. Adiós, Guillermo; ya sabrás de mi viaje.
16 Julio«¡Ah qué sensación tan grata inunda todas mis venas cuando por casualidad mis dedos tocan los suyos, o nuestros pies se tropiezan debajo de la mesa! Los aparto como de un fuego, y una fuerza secreta meacerca de nuevo a pesar mío. El vértigo se apodera de todos mis sentidos, y su inocencia su alma cándida, no le permiten siquiera imaginar cuánto me hacen sufrir esta insignificantes familiaridades. Sipone su mano sobre la mía cuando hablamos, y si en el calor de la conversación se aproxima tanto a mí que su divino aliento se confunde con el mío, creo morir herido por el rayo, Guillermo y estecielo, esta confianza, si llego a atreverme... Tú me entiendes. No, mi corazón no está tan corrompido. Es débil, demasiado débil... Pero, en esto, ¿no hay corrupción?
«Carlota es sagrada para mí. Todoslos deseos se desvanecen en su presencia. Nunca sé lo que experimento cuando estoy a su lado: creo que mi alma se dilata por todos mis nervios.
«Hay una sonata que ella ejecuta en el clavicémbalocon la expresión de un ángel: ¡tiene tal sencillez y tal encanto! Es su música favorita y le basta tocar su primera nota para alejar mi zozobra cuidados y aflicciones.
«No me parece inverosímil nada delo que se cuenta sobre la antigua magia de la música ¡Cómo me esclaviza este canto sencillo! ¡Y cómo sabe ella ejecutarlo en aquellos instantes en que yo sepultaría contento una bala en mi cabeza!Entonces, disipándose la turbación y las tinieblas de mi alma, respiro con más libertad.»
26 de noviembre
“Suelo decirme a mí mismo: Tu destino no tiene igual: comparados contigo, los demás...
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