el roto
Su descripción honesta del bajo pueblo chileno -fruto de la observación y "compasión humana", como él mismoconfesara- esbozaba subrepticiamente una crítica moralista de la crueldad nacional, que gustaba de ocultar las paupérrimas condiciones de los rotos. Un crítico literario, tras leer El Roto en 1920,concluía: "Que los cuadros pintados por el señor Joaquín Edwards sean de una crudeza brutal, de un realismo más que fotográfico y de una 'repulsividad', si tal puede decirse, desconocida del mismo Zolano debe ello sorprendernos. El señor Edwards ha querido y conseguido poner a la vista de todas y hasta de los miopes voluntarios, la abominable realidad que pocos sospechan".
En la edición de 1968,Joaquín Edwards Bello intuía con razón la trascendencia de su novela para la literatura chilena, pese a las transformaciones sociales e históricas experimentadas por el país y el mundo popular: "Ahoraque se cerraron esos salones donde las asiladas sonreían ceremoniosamente; ahora que se apagaron esas cuecas tamboreadas, este libro adquiere un valor especial de documento. Es una reconstituciónapasionada de vida popular que se extingue" (El Roto, 1968, p. 1).
"El Roto es la novela del bajo pueblo de Chile: el roto es el minero, el huaso, el soldado, el bandido; lo más interesante y simpáticoque tiene mi tierra; es el producto del indio y el español fundidos en la epopeya de Arauco; es el pueblo americano, fuerte y fatalista, muy semejante en toda la América española, desde el pelao de...
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