El sabio álvaro reynoso valdés y sus viajes por el mayabeque.

EL SABIO ÁLVARO REYNOSO VALDÉS Y SUS VIAJES POR EL MAYABEQUE.

Lic. Abilio González González. (Investigador.)


A fines del siglo XVIII arribó a la capital Álvaro José Reynoso López de Toledo, natural de Tarifa, Cádiz, procedente de una familia de abolengo e instrucción; llegaba procedente de la isla de Santo Domingo, donde desempeñó el cargo de Teniente Oficial Real y Comisario de Guerra enfunciones anexas; al pasar a Francia esta posesión en virtud del Tratado de Basilea, emigró a Cuba. En La Habana tuvo altos cargos oficiales y estaba bien relacionado con las autoridades.
En 1818 trajo desde Tarifa a su joven sobrino nombrado Antonio Reynoso Trujillo, conocedor de los cultivos agrícolas, de buena instrucción y amante de la botánica, a quien puso al frente de sus explotacionesrurales.
Al poco tiempo de su llegada a Guanímar, Alquízar, Antonio enfermó gravemente atacado por fiebres malignas; le sobrevino un sueño cataléptico que lo sumió en muerte aparente, y perdió sus sentidos menos los oídos; al ser llamado el doctor Viamontes, certificó su fallecimiento; Antonio, sin poder moverse ni hablar, aterrorizado, oyó la opinión facultativa que lo condenaba a ser enterradovivo y rodeado de los lamentos de todo aquel que le apreciaba. Así estuvo durante 19 horas. Dos jóvenes amigos y vecinos, encargados de amortajarlo dos horas antes del entierro, lo zarandearon fuertemente y le gritaron; lograron que abriera los ojos, pidiera agua y se recuperara. Tiempo después escribió un trabajo denominado Catalepsia, documento que existe entre los escritos de su hijo ÁlvaroReynoso.
La infancia de Álvaro y sus hermanos transcurrió en el cafetal Nuestra Señora de la Luz, en Guanímar, y debido a la carencia de escuelas en la zona, aprendieron las primeras letras guiados por sus padres. Al trasladarse la familia hacia la capital fueron internados Bernardo y Álvaro en el colegio San Cristóbal de La Habana, conocido como Carraguao, dirigido por el español Antonio Casas Remón,y profesores como José de la Luz Caballero, Felipe Poey, José Luis Casaseca, José Fornaris y José Silverio Jorrín.



En el centro había laboratorios de Física y Química, una biblioteca con más de
ocho mil volúmenes, y se enseñaba además, latín, inglés, francés, e italiano. Las clases se impartían desde muy temprana edad, con métodos explicativos, y se inculcaba el sentido de laresponsabilidad sin recurrir a castigos corporales.
Álvaro se distinguió por su aplicación e inteligencia, buena conducta y destacándose en la química. Con posterioridad cursó la Real Universidad con un expediente magnífico y se graduó de Bachiller en Ciencia en 1846; al no existir escuela de química se matriculó en medicina y cirugía. Tradujo del inglés el Tratado de Física Popularizada en 1847, año en queembarcó a París para iniciar sus estudios en la Sorbona; entre 1849 y hasta el 57 trabajó en los campos de química, química fisiológica, toxicología, etc.
Con apenas 19 años realizó su primer trabajo científico titulado “Nuevo procedimiento para el reconocimiento del Yodo y del Bromo” que vio la luz en 1849.
Al graduarse a los 26 años de edad ya poseáis en su haber una veintena de trabajosserios insertados en folletos y en publicaciones especializadas francesas; ganó respeto en Europa, resultando laureado por la Academia de Ciencias de París.
Amante de la historia aprovechó el año 57 para visitar archivos históricos y bibliotecas públicas y privadas, recogiendo datos de antiguos manuscritos y crónicas sobre el descubrimiento de América, y las narraciones de los conquistadoresespañoles acerca de la vida y costumbres de nuestros aborígenes. Ese año publicó en la Academia de Ciencias de París su trabajo: “Del embalsamamiento practicado por los indios americanos”.
Ya en La Habana, en febrero de 1858 se instaló en la calle Campanario Viejo número 122, en los extramuros de la ciudad, y laboró como redactor científico del Diario de La Marina, y su primer tema fue el de “Aguas...