El Saco De Marx
El saco de Marx
Peter Stallybrass
Traducido de Stallybrass, Peter. “Marx’s coat” en Spyer, Patricia. Border fetishisms: material
objects in unstable spaces, Routledge, 1988, pp. 183‐207; Stallybrass, Peter. “O casaco de
Marx” en O Casaco de Marx. Roupas, memoria, dor, Belo Horizonte, Autêntica Editora, 2008.
Traducción a cargo de la cátedra “Sociología de la cultura”, Lic. en sociología, Fac.
Humanidades, UNMdP.
1. Fetichizando mercancías, fetichizando cosas.
Marx define el capitalismo como el proceso de universalización de la producción de
mercancías. Escribe en el prefacio de la primera edición de El Capital que “la forma de
valor que reviste la mercancía es la célula económica de la sociedad burguesa” (Marx
1976 [1867]:90)1. La “célula económica” de la que se ocupa el primer capítulo de El
Capital toma la forma de un saco. El saco aparece no como objeto que es hecho y es
usado sino como una mercancía que es intercambiada. Y lo que define al saco como
una mercancía, para Marx, es que podemos no usarlo y puede no abrigarnos. Pero,
aunque la mercancía es una fría abstracción, ella se nutre, como un vampiro, del
trabajo humano. Los humores contradictorios de El Capital de Marx son un intento por
capturar el espíritu de contradicción del capitalismo mismo: la más abstracta sociedad
que jamás ha existido y, a la vez, una sociedad que consume cada vez más cuerpos humanos concretos. La abstracción de esta sociedad está representada por la forma‐
mercancía. La mercancía deviene mercancía no como una cosa sino como un valor de
cambio. Alcanza su pura forma, de hecho, cuando se vuelve más vaciada de
particularidades y coseidad. Como una mercancía, el saco logra su destino como equivalencia: “20 varas de lienzo = 1 levita, o = 10 libras de té, o = 40 libras de café, o =
1 quarter de trigo, o = 2 onzas de oro, o = 1/2 tonelada de hierro” (Marx 1976 [1867]:
157). Fetichizar la mercancía es fetichizar el valor de cambio abstracto. Así se lo adora
en el altar del Financial Times o en el The Wall Street Journal, en los que se decide
cuántas vasos descartables tendrás que pagar para un libro académico, el número de
libros académicos que tendrás que pagar por una cocina, el número de cocinas que
1
Estoy en deuda con la Society for Humanities at Cornell University por la beca que me permitió comenzar con este proyecto, y por el apoyo y las críticas que recibí en mi estancia allí.
Por otro lado, me vi beneficiado por las críticas y sugerencias de Crystal Bartolovich, Robert
Foster, Webb Keane, Ann Rosalind Jones, Annelies Moors, Adela Pinch, Marc Shell y Patricia
Spyer. Ante todo, estoy en deuda con el trabajo de Bill Pietz (citado más abajo) y con las
conversaciones con Magreta de Grazia y Matthew Rowlinson. Se puede consultar además la
fina meditación de Matthew Rowlinson sobre las relaciones entre dinero, mercancías y cosas
en “Reading Capital with Little Nell”.
1
tendrás que pagar para tener un jet‐sky. En El Capital, el saco de Marx aparece sólo para desaparecer otra vez, porque la naturaleza del capitalismo es producir un saco no
como una particularidad material sino como un valor “suprasensible” (Marx 1976
[1867]: 165). El trabajo de El Capital consiste en seguir el rastro que el valor deja tras
de sí, en todas las encrucijadas donde el trabajo humano apropiado produce capital
(ver Scarry, 1985). Esto encamina teóricamente a Marx hacia la ...
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