EL SECUESTRO
Salí de paseo y me adentre en un callejón, el
cual
ahora
sé
que no debía haber pisado nunca.
De repente, una furgoneta negra aceleró y frenó justo a
mi lado. Abrió la puerta y me empujó
hacia dentro. ¿
Dónde
iba? ¿
Quién
era ese hombre? ¿
Qué
quería? ¿
Cuánto
tiempo me tendría
allí encerrado? ¿Por
qué yo y no otro? Un montón de preguntas empezaron a rondar por
mi
cabeza.
Mientras pensaba en todas estas dudas el hombre
se
puso a hablar. Parecía estar hablando
con una mujer.
Él
frenó, pero por la manera de frenar intuí que
aún no habíamos llegado; lo
que
detuvo al vehículo fue un semáforo en rojo. Arrancó de nuevo.
Tenía que planear la manera de salir de allí. Si la furgoneta frenaba tenía claro que debía
aprovecharlo,
mas no podía hacer ruido, porque si no podría provocar un problema
más
grande.
Frenó por segunda vez; ahora dependía de
mí
. Debía salir ahora. Pero fue un fracaso.
Cuando
intenté salir,
el hombre y la mujer, vestidos de negro, abrieron la puerta de atrás por lo que
pude deducir que habíamos llegado a nuestro destino.
Se
pusieron a hablar. No les oía bien pero creo que la chica dijo algo
de la policía. ¡¿
Cómo
diablos me puedo escapar?! Estaba aterrado, no sabía
qué
podía hacer.
Abrieron la puerta, me sacaron y ellos dos se quitaron el pasamontañas.
¡Dios mio! Estáis como una cabra, ¿pero qué hacéis? ¡Estaba muy asustado, pensaba que iba
a morir!dije con ganas
de
darle una paliza a mi hermano y a mi mejor amiga, Laura.
Tranquilo, tranquilo.dijo su hermano, escapandosele la risa.
Mario, ¡
te
hemos preparado una despedida de soltero!
Sí, claro...Pues no tiene nada de divertido que me secuestren dos perturbados mentales.
Vale, puede que nos hayamos pasado un poco pero
aun así ha estado biendijo Lucas, su
mejor amigo que apareció de repente con cinco amigos más.
¡Madre mia! ¿Me podeis decir el
porqué...
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