El ser y la nada
Obra escrita por el filósofo francés Jean-Paul Sartre, quien ya con anterioridad se había consagrado esencialmente al estudio de la imaginación desde una perspectiva fenomenológica (Lo imaginario. Psicología fenomenológica de la imaginación, 1940). Redactada durante la II Guerra Mundial, fue publicada en 1943 bajo el título original de L’Être et le Néant. Essai d’ontologiephénoménologique (El ser y la nada. Ensayo de ontología fenomenológica). A lo largo de sus páginas, Sartre se plantea qué es el ser y cómo dar un sentido al concepto de la nada. Para responder a dichas preguntas utiliza el método fenomenológico fundado por Edmund Husserl, a quien agradece en la introducción el habernos desembarazado de la idea del ser como opuesto a su apariencia de fenómeno: elfenómeno se da cuando el ser es. Así, este gran tratado de ontología fenomenológica se articula alrededor de la interrogación del fenómeno “conciencia” y del fenómeno “mundo”.
2. LA CONCIENCIA COMO FUNDAMENTO DE LA NADA
Ya desde la citada introducción, Sartre distingue dos modos del ser. En primer lugar, la conciencia, cuya estructura fundamental es la intencionalidad, es decir, el hecho de queel ser lleva siempre en sí un ser otro; toda conciencia es, en realidad, conciencia de algo, que es lo que Sartre llama el ser para-sí. El otro es el mundo, que no es más que lo que es y que se define por su plenitud perfecta: lo que Sartre llama el ser en-sí. Si se quiere comprender qué es la nada, sobre lo que trata la primera parte del libro (“El problema de la nada”), no hay que partir del seren-sí, pues la nada no podría ser concebida a partir de un ser que es plenitud, sino que sólo a través de la conciencia puede emerger en el mundo. La conciencia es, en efecto, nihilizadora, es decir, puede negar el en-sí. En este sentido, debe ser caracterizada como libertad; una libertad que al ser absoluta experimenta la angustia ante la responsabilidad de ser el fundamento de todos sus actos.Para huir de esta angustia, el ser para-sí puede intentar recuperar la tranquilidad de la sencilla coincidencia consigo mismo gracias a la “mala fe”: cuando la conciencia miente sobre su realidad haciéndose cosa, como el homosexual que justifica sus tendencias por su pasado y rehusa asumir la responsabilidad de su homosexualidad. La mala fe no es un proceso inconsciente, pues Sartre niega lahipótesis freudiana del inconsciente, argumentando que no se puede censurar aquello de lo que no se tiene conciencia. La mala fe consiste en mentirse a sí mismo sin romper la unidad de la conciencia. No obstante, la mala fe no puede ser una cosificación real: no es porque yo sea libre por lo que puedo relacionarme con lo que yo debo ser. Así, el camarero de un café no puede ser camarero de café más queporque no lo es, porque juega a serlo. De donde se deduce, precisamente, el ser para-sí (tema de la segunda parte), que es contingente, lo que define su facticidad, su ser-arrojado al mundo; pero también es carencia, cuya expresión inmediata es el deseo, relacionándose entonces con su ser como con un posible, sin poder llegar nunca a coincidir consigo mismo, como el en-sí. Pero sobre todo estemporalidad: lo que el para-sí ha sido y que se presenta a sí bajo la forma del en-sí (el pasado) y lo que es como posible (futuro). En cuanto al presente, es la presencia en-sí del para-sí. En resumen, el para-sí es transcendencia, es decir, siempre se relaciona con otra cosa distinta que sí o en-sí como posible, y en este sentido su relación con el mundo no es nunca intuitiva, sino que el mundo essiempre para él un mundo de utensilios. Pero si este mundo es también donde yo encuentro al otro, ¿cómo entender entonces el ser-para-otro?
3. LA CONCIENCIA COMO SER PARA-OTRO Y COMO LIBERTAD
Hay que entender la existencia del otro a partir de la estructura ontológica del para-sí, que Sartre llama el para-otro, y que estudia en la tercera parte de El ser y la nada. Ni René Descartes ni...
Regístrate para leer el documento completo.