EL SEXO BELLO Y EL DISCURSO NACIONAL

El Sexo Bello y el Discurso Nacional
La obstinada invisibilización de las mujeres

José Manuel Valenzuela Arce

Hace siglos que las mujeres han servido de espejos dotados de la virtud mágica y deliciosa de reflejar la figura del hombre, dos veces agrandada... La historia de la oposición de los hombres a la emancipación de las mujeres es quizá más interesante que la historia misma de esaemancipación.
Virginia Woolf[1]


Las mujeres han sido presencia invisible, sublimada o vituperada del proyecto nacional. La Conquista participó en la redefinición de la imagen social de la mujer, quien, en muchas ocasiones, sirvió de tributo para los españoles.[2]
La conformación de los imaginarios sociales prehispánicas atendían a un principio dual: masculino/femenino, derivado deOmetecutli, la parte masculina, y Omecíhuatl, la parte femenina: las imágenes femeninas indígenas tienen raíces en la tierra, en la vida. Desde Coatlicue, diosa de la tierra, madre de Coyolxauhqui la luna, decapitada por su hermano Huitzilopochtli) y de Centzanhuitznáhuac (las estrellas); Coatlicue, madre liminar representada en Coatlicue-Tetooinan, la madre de los dioses; Coatlicue-Toci, nuestra abuela;Coatlicue Cihuacóatl, patrona de las Cihuateteo, mujeres diosas que devinieron lloronas,[3] y Coatli¬cue-Tonantzin, nuestra madre,[4] hasta Coatlicue-Tonantzin-Guadalupe, epifanía fundacional que participa como componente simbóli¬co de la identificación nacional.
De la Conquista se recuperó la imagen de la mujer asociada a la traición, el entreguismo, representado injustamente en la figura deMalinche,[5] hija de los caciques de Painala, niña huérfana de padre, cuya madre casó en segundas nupcias pariendo un varón, motivo por el cual Malinche sufrió una derrota derivada de su condición de género, pues para garantizar la transferencia de poder al primogénito la niña fue regalada a indios de Xicalango, corriéndose la voz de que había muerto. Posteriormente, Malinche fue regalada a unosindios de Tabasco, quienes a su vez la entregaron a Cortés, de quien fue esclava, concubina, lengua y acompañante permanente, y con quien procreó a Martín Cortés, falsamente considerado como el primer mesti¬zo.[6] Malinalli/Malinche/Doña Marina tenía mucho ser. Según re¬lata Díaz del Castillo, y tuvo considerable poder, pues "mandaba absolutamente entre los indios de toda la Nueva España". LaMalinche fue magnánima con su madre y herma¬no, a quienes perdonó y otorgó joyas de oro.
Doña Marina tuvo un papal relevante como intermediaria cultural, pues hablaba náhuatl, maya y español, lo cual le permi¬tió una participación estratégica en las interacciones de los es¬pañoles con los pueblos indios. Reconociendo esto, Díaz del Castillo afirmó que sin Doña Marina no podían "enfrentar la lenguade Nueva España y México". Por su función intermediaria, Malinche se convirtió, además de lengua, en una figura que simbolizaba la voz de Cortés y, por extensión, era el propio Cortés, pero también éste devino voz, devino Malinche.[7] Por ello, en diversos pueblos se identificaba a Cortés como Malin¬che, "su lengua", y Moctezuma le ofreció a una de sus hijas en los siguientes términos: "Mirad,Malinche, que tanto os amo, que os quiero dar una hija mía muy hermosa para que os caséis con ella y la tengáis por vuestra legitima mujer".[8]
El mestizaje, conformado casi exclusivamente por la unión de varones españoles con mujeres indígenas, conllevó una "transculturación hondamente dramática", en la medida en que ellas fueron integradas de manera violenta a otra cultura, "trai¬cionando sucultura original".[9] Una expresión de este proceso es Malinche, señalada por Nuñez como “Malinalli-Tenepal”, Malinche, Malintzin, doña Marina, mujer e indígena, madre y puta, traidora y útero simbólico de la nación mexicana, perso¬naje ambiguo y desconocido..."[10]
Ramírez observó algunos de los elementos de conflicto que produjeron un "drama cultural" y una nueva forma de "devaluación de la...