El Si De Las Niñas Obra
AUTOR: LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN
ACTO
PRIMERO
Escenario: La escena se desarrolla en una posada de Alcalá de Henares. Sala de paso con cuatro puertas de habitaciones para huéspedes, numeradas todas. Una más grande en el foro. Una mesa en medio con un sofá y dos sillones. Varias sillas alrededor.
ESCENA I
DON DIEGO, DON SIMÓN
(Sale don Diego de sucuarto; Simón que está sentado en una silla, se levanta) Don Diego: ¿No han llegado todavía? Simón: No, señor. Don Diego: Con calma se lo han tomado. Simón: Sí; aunque como lleva usted dos días enteros sin salir de la posada... Cansa el leer, cansa el dormir, el tiempo se alarga… Don Diego: He tenido que hacerlo así. Aquí me conocen todos, y no he querido que nadie me vea. Simón: No alcanzo a entenderpor qué nadie puede verle. ¿Hay algo más que yo no sepa en esto de haber acompañado usted a doña Irene hasta Guadalajara para sacar del convento a la niña y estar ahora esperando para volvernos con ellas a Madrid? Don Diego: Si, hay algo más. Simón: Pues dígame ¿Qué? Don Diego: Pues… Mira Simón, por Dios te pido que no lo digas… Tú me has servido muchos años con fidelidad… Simón: Si, señor. DonDiego: Bueno pues… Doña Paquita…Yo, la verdad, nunca la había visto, pero todo lo que su madre doña Irene me había dicho de ella, se ha confirmado ahora que ya he logrado verla. Simón: Sí, es muy linda y… Don Diego: Es muy linda, muy graciosa, muy humilde… Y sobre todo ¡aquel candor, aquella inocencia! Vamos, es de lo que no se encuentra por ahí… Y talento… Mucho talento. Así que lo que he pensadoes… Simón: ¡Ya! No tiene que decírmelo. Don Diego: ¿No? ¿Por qué? Simón: Porque ya lo adivino. Y me parece excelente idea. Don Diego: ¿Qué dices? Simón: Que me parece muy buena boda. Buena, buena. Don Diego: Sí, lo he pensado mucho y creo que la decisión es acertada. Simón: Seguro que sí. Don Diego: Pero quiero que no se sepa nada hasta que sea un hecho. Simón: En eso hace usted muy bien. DonDiego: Porque no faltaría quien murmurase y dijese que es una locura y me… Simón: ¿Locura? ¡Buena locura!... Con una chica tan modesta y tan virtuosa. Don Diego: Dices bien. ¿Y sabes tú lo que es una mujer aprovechada, hacendosa, que sepa cuidar de la casa, economizar…? Y no esas regalonas, entrometidas, llenas de histeria, viejas, feas como demonios… No señor, viviremos como santos… Y que murmuren…Simón: ¿Qué pueden decir? Don Diego: Dirán que no hay proporción de edad. Que… Simón: Siete u ocho años a lo más… Don Diego: ¿Qué dices siete u ocho años? Si ella acaba de cumplir los dieciséis. Simón: ¿Y qué? Don Diego: Pues que yo, aunque robusto, mis cincuenta y nueve no hay quien me los quite. Simón: Pero si yo no hablo de usted. Don Diego: ¿Y de quién hablas? Simón: A ver, o yo no le entiendoo usted no se explica. Esa doña Paquita, ¿con quién se casa? Don Diego: ¿Con quién va a ser? ¡Conmigo! Simón: ¿Con usted? Don Diego: Conmigo.
Simón: ¡No puede ser! Madre de Dios, y pensaba yo haber adivinado. Don Diego: ¡Con quién pensabas que quería yo casarla! Simón: Con don Carlos, su sobrino, mozo de talento, excelente soldado y parejo en edad. Don Diego: ¡Mi sobrino! ¿Sabes tú lo enfadadoque estoy con él? Simón: ¿Pues qué ha hecho? Don Diego: Una de las suyas… El año pasado, ya lo viste, estuvo dos meses en mi casa de Madrid… Bueno, pues llegó el momento de irse a Zaragoza con su regimiento y yo recibía sus cartas con esta dirección. Simón: Sí, señor. Don Diego: Pues el pícaro no estaba allí. Simón: ¿Qué me dice usted? Tal vez se pondría malo por el camino y para que usted no sepreocupara… Don Diego: Nada de eso. Amores del señor oficial y devaneos que le traen loco… ¿Quién sabe? Si encuentra un par de ojos negros, ya es hombre perdido... ¡No permita Dios que me lo engañe alguna bribona de estas que truecan el honor por el matrimonio! Y tú me recomiendas a mi sobrino para doña Paquita. ¡Pues no! Que se haga hombre de valor y… Simón: Pero si ya lo es. Don Diego: Todo...
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