El simple arte de matar
RAYMOND CHANDLER
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LA LITERATURA DE FICCIÓN siempre, en todas sus formas, intentó serrealista. Novelas anticuadas, que ahora parecen pomposas y artificiales, hasta el
punto de resultar ridículas, no lo parecían a las personas que las leyeron por primera
vez. Escritores como Fielding y Smollett podrían parecer realistas en el sentido
moderno, porque en general dibujaban personajes sin inhibiciones, muchos de los
cuales no estaban muy lejos de la frontera de la ley, pero lascrónicas de Jane
Austen sobre personas muy inhibidas, contra un fondo de aristocracia rural, parecen
bastante reales en términos psicológicos. En la actualidad abunda ese tipo de
hipocresía moral y social. Agréguesele una dosis liberal de presuntuosidad
intelectual, y se obtendrá el tono de la página literaria de su periódico y el sincero y
fatuo ambiente engendrado por los grupos de discusión de lospequeños clubes.
Ésas son las personas que apuntaban a los best-sellers, que son trabajos de
promoción basados en una especie de explotación indirecta del esnobismo,
cuidadosamente escoltados por las focas adiestradas de la fraternidad crítica, y
cuidados y regados con amor por ciertos grupos de presión demasiado poderosos,
cuyo negocio consiste en vender libros, aunque prefieren que uno crea queestán
estimulando la cultura. Atrásese un poco en sus pagos y descubrirá cuán idealistas
son.
El relato policial, por varias razones, puede ser objeto de promoción en muy
raras ocasiones. Por lo general se refiere a un asesinato, y por lo tanto carece del
elemento promocionable. El asesinato, que es una frustración del individuo y por
consiguiente una frustración de la raza, puede poseer -y en rigorposee- una buena
proporción de inferencias sociológicas. Pero existe desde hace demasiado tiempo
como para constituir una noticia. Si la novela de misterio es realista (cosa que muy
pocas veces es), está escrita con cierto espíritu de desapego; de lo contrario nadie,
salvo un psicópata, querría escribirla o leerla. La novela de crímenes tiene también
una forma deprimente de dedicarse a sus cosas,solucionar sus problemas y
contestar sus preguntas. Nada queda por analizar, aparte de si está lo bastante bien
escrita como para ser buena literatura de ficción, y de todos modos la gente que
contribuye a las ventas de medio millón de dólares nada sabe de esas cosas. La
búsqueda de la calidad en la literatura es ya bastante difícil para aquellos que hacen
de esa tarea una profesión, sin tener queprestar además demasiada atención a las
ventas anticipadas.
El relato de detectives (quizá será mejor que lo llame así, pues la fórmula inglesa
sigue dominando el oficio) tiene que encontrar su público por medio de un lento
proceso de destilación. Así lo hace, y se aferra a él con gran tenacidad, y eso es un
hecho; las razones por las cuales lo hace exigen un estudio de mentalidades más
pacientesque la mía. Tampoco es parte de mi tesis la de que constituya una forma
vital e importante del arte. No existen tales formas vitales e importantes del arte; sólo
existe el arte, y en muy escasa proporción. El crecimiento de las poblaciones no
aumentó en manera alguna esa proporción; no hizo más que acrecentar la destreza
con que se producen y expenden los sustitutos.
Y, sin embargo, el relatodetectivesco, aun en su forma más convencional, ofrece
dificultades para ser bien escrito. Las buenas muestras de arte son mucho más raras
que las buenas novelas serias. Mercancías de segunda fila sobreviven a la mayor
parte de la literatura de ficción de alta velocidad, y muchas de las que jamás habrían
debido nacer se niegan, lisa y llanamente, a morir. Son tan perdurables como las
estatuas que...
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