el sindrome de la rana
El mundo sufre las consecuencias de los actos excesivos seres humanos, el calentamiento global, la globalización, entre otras cosas.
Hace unos años coincidí en Calgarycon un naturalista canadienese de ascendencia japonesa, el profesor Suzuki Lo conocí en el estrado de un teatro donde un grupo de autores íbamos a leer cuentos después de que él ofreciera su negra ydocumentada visión de la biósfera;contó que las ranas (no sé si todas o algunas especialmente acomodaticias) pueden distinguir el agua fría de la caliente; sin embargo, si nadan en una olla donde latemperatura sube poco a poco, son incapaces de advertir cambio alguno. Su organismo no detecta el peligro progresivo, y se adapta al desastre que se avecina. En su mente de rana, los cambios paulatinossiempre son ideales. De pronto, ve burbujas por todas partes, última seña de la realidad donde se ha convertido en una rana hervida.
La alegoría de Suzuki era evidente: el hombre se adaptademasiado a las catástrofes que surgen poco a poco. Los cuentos que se leyeron después confirmaron, por vía emocional y psicológica, la misma teoría. El individuo interpreta las reacciones de la gente quecree conocer, hasta que, demasiado tarde, descubre que algo hierve alrededor.
Virilio(analista global)hace dos semanas impartió una videoconferencia desde su casa en Nantes de la que resumo:
1.-Lavelocidad biológica no se ha ajustado a la velocidad tecnológica. Se puede democratizar la velocidad relativa (motos, coches), pero no la velocidad absoluta, que opera sobre el individuo como unaviolencia no sancionada.
2.-La tecnociencia es al conocimiento lo que el dopaje al organismo: se concentra en el rendimiento, no en los efectos secundarios.
3.-No hay capacidad de respuesta ante unaccidente integral, capaz de articular al planeta (un crack en la bolsa, una fisura en una central nuclear). La única sincronía global: la democracia de las emociones.
4.-La ciudad surge con un objetivo...
Regístrate para leer el documento completo.