EL SINDROME DEL QUEMADO
Por: Jesús Garzón Vizcarra y Alfredo Vizcarra Díaz
Las condiciones laborales de los profesores centran, en la actualidad, laatención de la comunidad educativa y de los profesionales de la salud mental. Incluso en la sociedad hay cierta inquietud por el estado psicológico de los docentes, acaso provocada por algunoslamentables sucesos recogidos por los medios de comunicación.
En el ámbito escolar se han extendido los problemas de estrés, ansiedad y depresión que se traducen frecuentemente en bajas laborales. Estostrastornos no son exclusivos de los profesores. La prisa, la competitividad y los cambios vertiginosos amenazan el equilibrio de muchos trabajadores.
En primer lugar, hay que decir que el profesoradoconstituye un grupo muy heterogéneo. Con todo, sí hay algunas notas comunes a todo el colectivo, entre las que salta a la vista el trato con personas. Aun cuando la relación con los alumnos es uno delos aspectos potencialmente más gratificantes, lo cierto es que en un número significativo de casos esta comunicación está presidida por la tensión, ya sea por indisciplina de los escolares, ya seaporque el docente carece de habilidades sociales, etc. Por otra parte, la actividad educativa está saturada de responsabilidades. Es frecuente que el profesor se mantenga vigilante durante varias horasal día y que asuma funciones policiales y parentales que le abocan al agotamiento profesional.
La sobrecarga de tareas unida a las frustraciones, insatisfacciones y a la falta de entendimientocon otros miembros de la comunidad educativa (compañeros, padres y alumnos) puede desencadenar en los profesores alteraciones como: fatiga, descenso de la concentración y del rendimiento, ansiedad,insomnio, trastornos digestivos, etc. Este desgaste nos lleva a pensar en el síndrome de agotamiento profesional (“síndrome del quemado”, en inglés burnout) que se manifiesta en el cansancio psicofísico...
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