el sistema premio o castigo
Sistema
premio-‐castigo
Las
conductas
de
los
directivos
tienen
su
origen
en
el
sistema
de
premios
y
castigos
Nos
comportamos,
seamos
conscientes
o
no,
en
función
del
sistema
de
premios
y
castigos
en
el
que
operamos.
Por supuesto,
la
conciencia
también
juega
su
papel
en
la
conducta,
pero
es
también,
desde
cierto
punto
de
vista,
una
fuente
“subjetiva”
de
premios
y
castigos.
Es
una
gran
suerte
y
una
gran
responsabilidad
tener
una
buena conciencia,
lo
cual
implica
hacer
un
esfuerzo
para
que
su
contenido
sea
una
buena
guía
para
intuir
cuales
son
las
decisiones
que
nos
hacen
más
humanos
es
decir
aquellas
en
las
aumentamos
el
deseo
de
superación
y
de
contribución
a causas
nobles.
La
conciencia
es
un
gran
apoyo
en
tiempos
de
confusión.
Cuando
los
sistemas
de
premios
y
castigos
del
entorno
en
el
que
se
trabaja
empujan
a
tomar
decisiones
disfuncionales,
la
conciencia
es
la
gran,
y
posiblemente
última,
esperanza
de
que
un
directivo
elija
obrar
de
una
manera
correcta.
¿Por
qué
la
conducta
es
tan
sensible
al
entorno?
La
razón
es
que
todos
somos
hijos
de
nuestras
circunstancias,
que
son
una fuente
continua
de
aprendizaje
que
van
moldeando
las
conexiones
neuronales
con
las
que
tomamos
decisiones.
Las
empresas
generan
aprendizajes
positivos
y
negativos
en
las
personas.
Los
aprendizajes
son
positivos
cuando
los
actos
virtuosos
se
asocian
a
premios
y
las
conductas
disfuncionales
a
recompensas
negativas.
Los
aprendizajes
son
negativos
cuando
ocurre
lo
contrario.
Por
ejemplo,
cuando
se
acaba
premiando
a
los
directivos
con
un
buen
bonus
el
exceso
de
riesgo
y,
en
cambio,
las
pérdidas
ocasionadas
por
estas
decisiones
las
pagan
los
accionistas.
Los
aprendizajes
negativos
generan
una
especie
de
esquizofrenia
organizativa
que
desorienta
a
las
personas
y
que
las
empuja
a
no
dar lo
mejor
de
sí
mismas.
Por
un
lado,
se
aprende
que
no
compensa
el
esfuerzo
de
ser
íntegro,
de
ser
más
humano;
por
otro,
que
lo
que
compensa
es
comportarse
disfuncionalmente.
Esto
a
la
larga
va
en
contra de
los
intereses
de
todos.
La
gran
tarea
que
tienen
por
delante
los
directivos
es
la
de
construir
entornos
de
trabajo
en
los
que
se
dé
un
aprendizaje
positivo
con
el
que
se
favorezca
tanto
el
largo
plazo...
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