El sonido en el cine

El sonido en el cine
Laurent Jullier


Escogí en un primer momento El sonido en el cine de Laurent Jullier por lo práctico de su contenido, escapando un poco de las divagaciones abstractas y excesivamente subjetivas que suele inspirar esta faceta del cine, ya que la mayor parte de material que ha caído en mis manos hasta el momento radica entre la exagerada (aunque justificada) fascinaciónque provoca la materia a tratar o la interminable enumeración de aspectos técnicos, en gran parte incomprensibles para mí. Además cabe añadir que abarca aspectos que no se suelen analizar en el análisis del sonido cinematográfico Tratándose de una obra en equilibro entre estos dos polos, resulta cercana, interesante y sobretodo útil.

Dicho esto y debido a la imposibilidad de comentar la obra ensu totalidad, no solo por extensión sino por lo poco que hay que añadir sobre una gran parte de conceptos expuestos ya de manera clara y sintética a lo largo de sus páginas y en una gran parte de libros de la misma temática, pasaré a exponer algunos de los puntos que me merecen más reflexión.

Jullier desmonta viejas concepciones acerca del séptimo arte. Dos ejemplos salientables en este aspectoresiden en las ideas preconcebidas (por lo menos en el espectador común) del mal llamado “cine mudo”. Es esta una nomenclatura que denota inferioridad y que no se ciñe con precisión alguna a la riqueza sonora de lo que convendría llamar cine silente. Se repasa en este contexto todas las formas de sonido que acompañaban la proyección de películas en aquella época y que se acostumbra a ignorar enla mayor parte de análisis referentes al período anterior al Cantor de Jazz (1927). Estas son pianistas, orquestras, fonógrafos, dobladores en directo...

Por otra parte eleva el sonido a la altura de la imagen (o incluso por encima), pues a menudo se ve relegado a la sombra de lo visual. Y cierto es que en la sociedad actual se nos predispone a valorar mucho más las imágenes visuales, e inclusose nos encamina a consumir un espectro muy reducido de éstas.
También aborda en numerosas ocasiones la problemática relación sonido-imagen (“Un matrimonio de conveniencia”).A menudo pasamos por alto la importancia de esta relación, cosas que sabemos intuitivamente pero que no hemos terminado de asimilar, como que nunca podremos observar la posición de la fuente del sonido en una grabación,descubrir dónde están los cortes, o la manera en la que se propaga el sonido. Siendo conscientes de estas pequeñas “mentiras” del cine se nos facilita mucho el trabajo a la hora de llevarlo a la práctica, dando como resultado un proyecto con mucha más calidad. Se cita a Jean-Pierre Ruh, un famoso técnico de sonido francés, que expresa la falta de interés en el estudio y tratamiento del sonido,incidiendo en la idea de que la técnica no se basta a sí misma.

Uno de los puntos más interesantes se centra en la jerarquización del sonido en relación a la imagen. Expone aquí dos posiciones enfrentadas: el naturalismo y el realismo psicológico. ¿Debía reflejar la banda sonora, mediante cambios de volumen y timbre, la posición espacial más o menos cercana de los actores al pasar, por ejemplo, de unprimer plano a un plano general en el transcurso de una conversación, como ocurriría en la vida real (perspectiva naturalista)? ¿O por el contrario, se debía hacer primar la comprensión, inteligibilidad y continuidad de los diálogos por encima de cualquier otro factor (realismo psicológico)? La resolución de este asunto dependía del tipo de micrófono escogido, la posición de este, la mezcla yencabalgamiento de tomas. Sobre esto explica Stephen Hatzo que la actitud predominante era tratar al micrófono con al oído de un observador-participante. Esta inteligibilidad se considera una vuelta a los códigos imperantes del teatro y la radio, y ha perdurado hasta día de hoy en la práctica cinematográfica como un axioma indiscutible. Fuera del

ámbito experimental, solo algunos cineastas de la...