El Sueño De Hanzel

El sueño de Hanzel
Como dice la canción del cantante Vicentico, “los caminos de la vida, no son lo que yo esperaba, no son lo que yo creía, difícil de caminarlos”. Pero en ese andar por la vida, normalmente y por lo general, le pasamos por encima a personas que nos hacemos la idea de que son invisibles, inexistentes, impresentes. Esta pequeña narración, es la historia de uno de ellos, de esosseres que la sociedad considera indeseables, por en simple hecho de que la providencia no les dio muchas oportunidades y que por ese motivo se llegaron a equivocarse. Una noche cualquiera me dirigía despreocupado a esperar a unos familiares a una estación de autobuses de cuyo nombre no tiene importancia, la zona donde está se ubica, no es precisamente la zona rosa de la ciudad capital, por talmotivo al llegar y al observar la tenue luz que bestia el edificio y sus alrededores, mis sentidos se pusieron mas alerta que lo acostumbrado. En estas situaciones, por lo general me pongo a jugar de estratégico y decidí ubicarme en una escalera, sentándome como en el sexto peldaño, desde esa “colina” observaba cómodamente cualquier movimiento sospechoso en las cercanías. Al pie de la escalera enmención, un paraje “cuchichiaba” concentradamente, no les preste mucha atención a los protagonistas de esa plática y me entretenía estudiando el perímetro por si acaso sobresalía algo sospechoso. Pocos minutos después, la damisela se pone en pie y se marcha dejándome asolas con su interlocutor. Aquel hombre de contextura media, se cubría con uno de esos chalecos de tipo fluorescente que portan lamayoría de los “wachimanes”, que pululan por toda la capital. Aquel personaje se acercó confianzudamente y pretendió establecer conversación con mi persona. Mi primera reacción fue la normal y es la que establece el protocolo a seguir en estos casos; me hice “maje”, como que la cosa no era con migo, pero aquel individuo continuo persistiendo, lo extraño es que el tiempo en ese instante daba la impresiónde que tenia un andar lento, muuuy lento y poco a poco me involucré en sus comentarios. Me dijo que aquellos dos carros que aun estaba en el parqueo junto a las escaleras, era de dos viejos conocidos de él y que por ese motivo no se había ido, pero le preocupaba que la espera se le alargara, me pregunto el motivo de mi presencia en ten desoldado lugar, entre cortadamente le di una breveexplicación. Era un tipo desaliñado, de rostro magullado por la vida, de dientes ambarinos y piel tostada por el sol, que se expresaba con un pobre vocabulario y mucha jerga de la calle, pero por alguna extraña razón al mirarle fijamente y a pesar de la penumbra, pude ver algo que la mayoría de las personas no obsérvamelos en este tipo de gente, sus ojos, cuanta razón tenia aquel pensador que dijo “los ojosson la ventana del alma”. En el interior de su mirada no se reflejaba bondad o dulzura como dicen los poetas melosos, si no desconsuelo, desconsuelo puro y crudo. Lo distrajo de su plática el caminar por la acera de un extraño hombre, que bestia como uno de esos improvisados cantantes de “reguetón”, uno de esos tipos raros que salen en los videos de MTV. Apresuradamente lo sequío y le dio alcancea unos pocos metros de la esquina, yo extrañado miraba lo que

acontecía desde mi privilegiado “palco”. Luego de unos instantes el “cantante” le entrego algo en la mano y con la misma rapidez que se alejo se acerco nuevamente a mí. Ya en mi presencia, me confeso de su adicción a las drogas, poco a poco me contó como la desintegración de su familia y el abandonó lo acercaron a la calles y estasal vicio. Me hablaba con una crudeza y confianza inesperados, mientras relataba, saco una pequeña pelotita de papel aluminio del interior del bolsillo de su curtida camisa, al preguntarle por aquel objeto me dijo que se le llama “la papa”, luego saco una especie de pajilla plástica en la cual fue depositante el contenido. Era claro que mi despreocupación y tolerancia avían provocado en el un...