El sufrir de la mujer...

Un antes y un después…

Hay un antes y un después a cada momento en la vida de los seres humanos, hechos que nos constituyen y simultáneamente nos transforman; tantos son, que me pregunto si será posible recordarlos todos. Quizá sea esta la razón por la que elegimos, uno o algunos, al decir en algún pasaje de nuestra vida “hubo un antes y un después en mi vida luego de…”

Hoy quiero compartiruno en particular, el que me hace hoy estar aquí y les anticipo que este es definitivamente la concreción de un hecho mucho más relevante, uno de los sentidos que le di a mi vida...compartir mi experiencia y poder ser una ventana para otras mujeres…

Quiero antes, hacer un poco de historia sobre un aspecto de mi vida. Soy una mujer de 37 años y tengo el recuerdo que desde mi adolescencia hastahace un par de años, experimenté mucho sufrimiento en cuanto a la relaciones amorosas. Cada relación que tuve comenzaba con una lluvia de estrellas que pronto se transformaban en una tormenta de viento para terminar en un Tsunami. Esto no me hacía diferente a muchas mujeres que conocí en ese trayecto, con las que compartimos y reforzamos nuestras lágrimas, con las que encontrábamos siempre laspalabras justas para permitirnos ser auténticamente víctimas. No recuerdo haber escuchado jamás, en algunas de nuestras interminables charlas, que fuéramos responsables de algo de todo lo que nos angustiaba, por el contrario, eran los hombres los que siempre tenían la culpa, por no comprendernos, por no hacernos felices, por empeñarse en lastimarnos, por ser inmaduros. Todo lo que ellos fueran erasuficiente razón para justificar lo injusta que la vida era con nosotras.

Si sumara las horas que he dedicado a llorar, a sufrir, a paralizarme, a no hacer, a lamentarme, a no comer, a abandonarme, equivaldría posiblemente a tres carreras universitarias, a una familia con dos hijos, a la edición de por lo menos un libro o quizá a haber tenido un montón de amoríos más.

Hoy esto es un relato,pero les aseguro que en esos años la pasaba mal, el sufrimiento llega a transformarse en dolor, mi estómago se estrangulaba, mis nervios me controlaban, las emociones eran dueñas absolutas de mis acciones de cada momento y todo aquello que hacía, creyendo que era para mejorar una situación, solo empeoraba las cosas y por consiguiente yo empeoraba también.

Mis grandes aliados en esos años fueronsiempre el tiempo y mi familia, sobre todo mi madre. El tiempo, porque como el refrán popular dice “cura todas las heridas” y por más que yo no pudiera hacer nada diferente a lo que hacía para no vivir las cosas envuelta en ese sufrimiento, el tiempo me rescataba y me hacía sonreír siempre una vez más. Y mi madre, porque supo ser la mejor terapia en interminables charlas nocturnas, soportando misllantos y mis interminables relatos, de lunes a domingos si era necesario y pasadas las 5 de la mañana más de una vez.

Hoy, no he dejado de sufrir por amor, dejar de hacerlo sería como descubrir que he dejado de ser humana, sin embargo algo cambio desde hace unos años. Y es que el sufrimiento ya no es algo que veo venir de la mano del amor, ni está marcado en la cara del hombre con que merelaciono y no se oculta en sus palabras ni en lo que él hace. Hoy sé que cuando sufro es para algo, claro que no es lo que desearía sentir, pero es mi sufrimiento el que me permite reconocer que algo de lo que esta pasando no es lo que quiero para mi.
Sufro por cosas que creo pequeñas y sufro por cosas gigantes. Pero hoy, cuando el sufrimiento me visita, lo invito a conversar, lo abrazo y le digo…OKAmigo, ¿que pasa? ¿A que se debe tu visita? ¿Qué has venido a recordarme? ¿Con que no estoy conforme? ¿Qué me molesta? ¿De que me estoy olvidando respecto de mi? ¿Cuáles son esas cosas que para mi son importantes y que estoy pretendiendo cambiar solo para demostrarme que puedo controlar esta situación? ¿Qué parte de mi estoy dejando de lado? ¿Qué relación quiero tener y para que entonces estoy...