El terror que salio del remolino
Por: R.A.M.A
Una noche cualquiera de un frío junio, cuando acostado me encontraba, hundiéndome en mil pesares jamás sentidos, ensoñaba yo con cuentos de castillos de cristal, pero fue la lluvia, o más bien el dulce sonido de las gotas precipitándose en el techo la que me arranco de figuras y formas que mi mente recreaba jugando con el relieve de la madera deencima.
Me senté en el escritorio con el mayor desanimo, alzando la cabeza para observar los dominios de la noche tras mi ventana; espere y espere durante largo tiempo y no vi pasar una solo estrella en el cielo multiforme donde cundía eterna oscuridad, escondiendo los templos sagrados, donde se hallaban antiguos dioses o demonios endebles ya por el tiempo, situados en algún lugar desconocidode la atmosfera.
Mi noción del tiempo espacio era particularmente nula, en lo posible había evitado todo contacto con el exterior, hace tiempo ya la idea de contacto con el mundo ajeno a mis aposentos había quedado totalmente descartada, por lo que me había confinado al claustro.
No niego que esta actitud me convierta en un antisocial, pero esta noción no podría ser exacta con lascircunstancias del caso, para explicarlo de un modo sencillo, me sentía enfermizamente asfixiado por la mirada de las personas, era una extraña sensación de paranoia, me sentía algo así como el centro de atracción, a estas alturas puede que suene desconcertante pero, nadie que no haya sentido lo mismo podría ser testigo del malestar que esto representa. Los cúmulos de gente me enfermaban, sentir todas esasmiradas puestas en mí...
Pues decidí recluirme a mí mismo, desplegado en las sombras, pasaba las horas leyendo cada volumen que había procurado de la biblioteca de mi bisabuelo, incluyendo algunas obras de sus expediciones a islas remotas y un tomo particularmente antiguo puesto en una caja, meticulosamente resguardado bajo una tela desteñida. Su carácter sembró gran interés en mí.
Puedodecir que personalmente me deleitaban las obras de carácter fuerte en las que rara vez la mente arrogante del humano pretendía embarcarse, el nihilismo en todo su amplio sentido. Más las obras poéticas románticas causaban grandes estragos en mí, enviándome a escenas pasadas, donde acosado por la culpa, entre los pasillos de mi mente escucho la risa de una mujer de negro cabello y pálida piel, conmirada brillante donde se pierden los astrónomos, adornaba su piel blanca un lunar de corazón, ese mismo que nunca mis ojos tendrán la dicha de volver a ver.
Mientras leía línea tras línea, mi corazón extasiado invocaba los tristes días pasados, cuando el sol adornaba los paisajes de las colinas cubiertas de verde vegetación y en mi pecho si conservaba el vivo fervor de la esperanza.
Antes deintentar embarcarme en el valle de los sueños, decidí revisar el contenido de aquel antiguo volumen que mencione anteriormente.
Desenvolví cuidadosamente de la tela que recubría el tomo, este a su vez adjuntaba una carta; no podría describir exactamente lo que vieron mis ojos pero tratare de ser lo más exacto posible.
Podría decirse que era imposible hacer una mínima aproximación de la época enque fue escrito tan grotesco o más acertadamente diabólico libro. Parecía haber sido empastado en carne, en su portada se formaba una cara horripilante, de carácter cadavérico color marrón, extrañas inscripciones la bordeaban por los cuatro puntos cardinales. Sus hojas parecían ser de algún material extraño, posiblemente ajeno a estos tiempos y a otros conocidos. En su interior vi anatomíasdemoniacas, pintadas en sangre, parecía haber recopilado siglos tras siglos de conjuros. La mayor parte era inentendible pero de cuando en cuando a simple vista relacionaba ciertos conceptos con mi lengua y podría decirse que de algún modo lo entendía, aunque en proporción mínima.
Hasta tal punto no estoy seguro si fue mi desbordante imaginación, pero el ambiente se tornó pesado y lúgubre, tuve la...
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