El Terrorismo
Los peruanos habíamos estado viviendo de espaldas a un germen que se había venido incubando en las propiasentrañas de la nación y pronto habríamos de saber cuánto nos costaría esa indiferencia, esa desatención: década y lustro de atraso, de pobreza, de dolor, de muerte.
Aunque las cifras oficiales hablande treinta mil muertos, entre población civil, efectivos militares y policiales y terroristas, no existe un patrón de medida que pueda registrar en toda su magnitud las secuelas catastróficas de laviolencia. Pero es seguro que nadie mejor que aquellos niños y adolescentes huérfanos, desplazados y/o reclutados por las organizaciones terroristas para dar testimonio del horror vivido.
Crecieronen medio de un clima de guerra, entre dos fuegos, siempre sospechosos los civiles para uno u otro bando. Muchos de los cuales emprendieron la huida desde la sierra peruana hacia las ciudades de lacosta, Lima principalmente. Otros fueron utilizados en atentados e incursiones de alto riesgo.
Entrenados para matar, lavados sus cerebros para la obediencia ciega al partido. De su niñez verdaderaquedó apenas un recuerdo borroso, una sombra fugaz anterior a la conciencia de una lucha que se hacía suya a la fuerza y que los hizo hombres y mujeres precoces. No existen estadísticas para estedesarraigo, ningún estimado que desnude este crimen.
Como tampoco se conoce bien cuántos niños torturados, mutilados, violados sembró el terrorismo en el suelo peruano, borrando de un solo trazo a toda...
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