El Tiempo En Contratiempo
pasado siempre está haciendo sombras. Fuentes dice “que cuando un pasado total late en el presente, el tiempo futuro es abstracto y carece de demasiado valor”. (pág. 10)Por eso es que el mexicano vive atormentado pensando que “el tiempo mexicano llega cargado de lo que nosotros podríamos ser”. El mexicano, en esa lucha contra el tiempo, trata de evadir la realidad ya que está dominado por el tiempo; un tiempo que se “niega, burla, desafía y asedia”. México ha pasado por tantas calamidades que ya el mexicano desconfía hasta de su propia sombra. Pero no es parasentirse a menos, ya que “el peligro, la extrañeza y la violencia de siglos hace tiempo creó en la gente la convicción de que el fin puede estar a la vuelta de la esquina”. Por eso es que el mexicano celebra tanto la muerte. (pág. 12) En la vida popular mexicana, en sus actos definitivos de amor y muerte, de pasión y revolución, de arte y celebración, los contrarios se encuentran el deseo no es sinoel reconocimiento de una extrañeza previa a la reunión y quizás condición necesaria de esa reunión: la muerte será la vida, la revolución será una fiesta, la pasión será un arte, el espíritu materia, el accidente será esencia, el cuerpo será alma, Tú serás Yo. (pág. 13) El mexicano piensa que con su máscara va a ocultar el dolor que por siglos lo viene aquejando. Fuentes dice que el mexicano exaltaa la muerte porque ésta no es más que la otra mitad de la vida. Porque para pensar en la muerte hay que estar vivo. Hasta que el mexicano no aprenda a perdonar y, aceptar que su origen no determina su futuro, vivirá atado a un recuerdo que lo mantendrá marginado, no de la sociedad, sino de sí mismo. Ahora bien, en este artículo, Kierkegaard habla de un tiempo a un nivel europeo porque este puedeser “modelable” y “manejable”. El europeo tiene la virtud de jugar con el tiempo. Probablemente esta actitud se
debe a que Europa no arrastra con el pasado del mexicano. Este fue desplazado y repudiado por la colonia. Además, sin madre “porque otros, los demás, todos, se encargaron de chingarla”. (pág. 15) El tiempo no hace más que recordarle al mexicano su desgraciado destino. Pero también...
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