El tiempo que pasa

Tiempo de decir adiós
Cheslav había vivido por años trabajando, cuidando y administrando los cientos de parcelas que había heredado de su padre. Había vivido como un hombre libre, nunca conoció el compromiso de una familia hasta que conoció a Edén. Ella era una bella mujer de naturaleza emotiva y protectora. Expresaba jovialidad a cualquiera que la mirase. Cheslav, por otro lado, era un hombrede abrumadora seriedad y frialdad. Pero irremediablemente sucumbió ante los abrumadores encantos de Edén.
Claro, que cada uno tenía sus encantos y pronto ambos se enamoraron y contrajeron matrimonio, así pues, como fruto de ese amor, concibieron una hermosa niña, a la cual llamaron Galya.
Una fría noche de invierno, Edén callo en cama, muy delicada de salud. Cheslav busco traer a los mejoresdoctores, pero luego de un par de semanas, Edén murió, presa de una extraña enfermedad que había acabado con su vida.
-Esa estrella, la que más brilla, es tu madre.
-¿Y porque es la que más brilla papi?- pregunto Galya, que apenas tenia unos 8 años.
-Porque tu madre era capaz de mostrarle la luz a un ciego en una noche de luna nueva con solo una sonrisa- dijo con una amplia sonrisa Cheslav a suhija, aunque su mirada se veía demacrada y triste.
-¿Porque mami se fue papi? ¿Por qué prefirió irse a vivir a esa estrella que quedarse aquí?- dijo entre sollozos Galya.
Era muy difícil ser un padre viudo. Intentar llevar correctamente la administración y el trabajo en las tierras, y al mismo tiempo pasar todo el tiempo posible con su pequeña hija. Cheslav solia sentarse debajo de un viejo yformidable roble bajo el cual se encontraba Eden la primera vez que la vio. Recordaba aquel día perfectamente, y era algo que lo hacia feliz, poder recordar a Edén, pero aveces deseaba poder olvidarse de ella, poder levantarse en las mañanas sin sentir que parte de el faltaba, sin añorar la tibieza de aquel hermoso cuerpo entre las sabanas. Deseaba poder explicarle a su hija lo complicado que erala muerte, poder llevarla a montar y observar un atardecer sin añorar que Edén pudiese estar ahí para verlo… Pero luego regresaba a si y se decía a si mismo que era demasiado egoísta, que por alguna razón él estaba allí, con su pequeña, con aquel ser inocente que necesitaba de protección, apoyo y amor incondicional. Era entonces cuando sonreía porque tenia la más hermosa y pura razón paracontinuar, tenia entre sus brazos un cumulo de alegrías y fuerza inagotable, su único y valido motivo para continuar.
Pasaron los años y aunque estaba feliz del trabajo que había hecho como padre, de la prosperidad de las parcelas en las que vivía, algo le faltaba, algo siempre le faltaría…
-Papá, quiero hablar contigo.- dijo severamente Galya
A Cheslav se le hiso un nudo en la garganta. Su hijatenia ya 18 años y esta completamente lista para poder contraer matrimonio, pero esa idea le atemorizaba demasiado, y más aun la idea de quedarse solo. Sabia que era un pensamiento egoísta, pero no podía evitarlo, no podía dejar de horrorizarse ante la perspectiva de una vida en completa y absoluta soledad, sin su pequeño pilar que lo había mantenido fuerte y en pie de lucha tantos años.
-De quequieres que hablemos- dijo algo inquieto mientras tomaba asiento.
-Pues papi, he conocido a alguien…-dijo Galya con una amplia sonrisa, una sonrisa tan llena de alegría como jamás había visto Cheslav en su hija, lo cual le causo un malestar inmediatamente.
-Hija, yo… no sé… ¿lo conoces bien?...-dijo sin atinar a decir nada conciso.
-Creo que no me has comprendido papi, he encontrado a alguien,que creo que te caería muy bien…-expreso Galya, buscando las palabras adecuadas para continuar- y bien, la he invitado a cenar- dijo al tiempo que salía corriendo-¡Ahhhh! El sastre ha traigo tu nuevo traje, quiero que sea el que uses para esta noche.
-¿Qué use que?.-Dijo para si mismo. No sabia que pensar, ni sabia si debía fiarse de lo que acababa de pasar. No comprendía absolutamente nada de...