El trasfondo del caso Píparo

Nombre de la institución: Madre María Luisa Clarac

Carrera: Profesorado de Historia

Nombre de la materia: Integración Areal II

Título del trabajo: El trasfondo del caso Píparo































Articulo utilizado:



El trasfondo del caso Píparo
Enviado por Gisela Carpineta el Dom, 27/03/2011 - 00:14.
in
Delitos y pesquisas
Año 3.Edición número 149. Domingo 27 de marzo de 2011
Por
Laureano Barrera
delitosypesquisas@miradasalsur.com
Marcelo Romero quiere saber cuándo acabaron las épocas en las que un banco era un lugar seguro y el hogar, un sitio sagrado e inviolable. No es la arenga, desde un púlpito de velas encendidas, del deudo que ha perdido a un ser querido. Se lo pregunta el fiscal platense en el dictamendonde pide la elevación a juicio de la investigación de la salidera bancaria que sufrió Carolina Píparo, y derivó –luego de una cesárea de urgencia– en la muerte de su bebé Isidro. El funcionario cree conocer las causas: “La imprevisión, la improvisación y la desaprensión del Sistema Penal del Estado o del ‘aparato represivo’, según la progresista terminología en boga”, afirmó, desnudando sucertidumbre de que este último debería ser la única expresión del primero.
Aún sin desearlo, el fiscal no se apartó demasiado de las pretensiones del Ejecutivo provincial. El 29 de agosto, un mes después del ataque, Daniel Scioli y sus ministros Ricardo Casal y Alejandro Collia se reunieron con el esposo de Carolina. Allí, Scioli dijo que “tenían las manos atadas”. El exabrupto levantó polvareda, peronadie interpretó la metáfora en toda su dimensión. En definitiva, que es posible que el gobernador añoraba lo mismo que Romero: que el “aparato represivo” actuara con menos ataduras normativas, y más rudeza.
El cobarde disparo a una embarazada convirtió, en segundos, el asalto en una causa nacional. Juez y fiscal dejaron investigación en manos de la policía bonaerense. Al día siguiente, los diariosinformaban que el presunto autor material se había entregado, sabiéndose buscado.
Pero no había sido exactamente así. Carlos Burgos, un pibe de 18 años con su padre preso por una salidera, antecedentes de adicción y robos menores, recibió el 30 al mediodía a dos efectivos, vestidos de civil, que lo convocaron a la comisaría. Habían llegado hasta su casa después que lo señalara la madre deCarolina en el álbum fotográfico de la seccional, un cuaderno de sospechosos que está prohibido por una medida cautelar en todo el territorio provincial. Allí estaba Burgos, quien había cumplido los 18 años la semana anterior y había sido fotografiado siendo menor. El joven se presentó con su madre en la seccional pensando “en un trámite por mi libertad condicional”, declara, y una pareja que habíapresenciado el ataque lo señaló como el tirador, sin aviso al fiscal, ni al juez, sin un defensor oficial ni las llamadas telefónicas de rigor. Burgos declaró que en la seccional ya lo conocían de verduguearlo cuando era menor. El juez de Garantías César Melazo convalidó la actuación de los uniformados y la utilizó como prueba para procesarlo.
Sin embargo, es el entregador Miguel Ángel Pimienta Silvaquien introdujo la pista concreta de la conexión policial. Carlos Jordan Juarez “tiene relación con la policía de todos lados”, declaró, puntualmente en la Matanza y San Isidro. Precisó que el trato era “amistoso” y que “hablaban de coches, de negocios”, y le pidió 20.000 pesos para arreglarle la causa.
“El trabajo de Matzkin fue brillante e imprescindible para llegar a esta gente”, le dijo elfiscal Romero entonces a Clarín, pero aclaró que “eventualmente, si hay algún policía responsable, la misma policía va a ser relevada de la investigación”. Sin embargo, encargó el entrecruzamiento telefónico entre los imputados y policías a la propia fuerza, y después, dejó la investigación en manos de Asuntos Internos. El 18 de noviembre, anónimas “fuentes judiciales” informaron al diario Hoy que...