El Tumulto Trastocaba La Cabeza Para Admirar Los Rostros Pálidos Que Tenían De Semillas Color Azul Incrustadas En Las Cavidades
El misterio de la escuela embrujada. Enmedio de la clase, mientras la maestra dictaba y los niños escribían, al chistoso de la clase se le ocurrió una broma. Diciendo que no había oído bien una palabra, le pidió a la maestra que la repitiera (la misma palabra vulgarmente tenía otro significado). Toda la clase lo había advertido, y al entender la broma del chistoso todos se rieron al unísono, fue como una explosión de risa. La maestra lesordenó que hicieran silencio, los niños callaron, pero en el salón siguió resonando una risa. Era una carcajada chillona y aguda, y al mismo tiempo Algo ronca.- ¡Dije que hicieran silencio! ¿Quién se sigue riendo? - dijo la maestra con tono enfadado. Buscó con la mirada pero no halló al culpable. Se oía con claridad que La risa se originaba en el salón, los alumnos se miraban unos a otrosdesconcertados. Ese fue el primer hecho extraño. Unos días después, durante un recreo, cuando los salones estaban vacíos, se oyó el rechinar de las patas de las sillas, como si alguien las arrastrara. Todos los salones fueron desordenados, los asientos estaban desparramados, una maestra gritó y cayó desmayada al ver una silla moviéndose sola, desplazándose con sus patas como lo hace un araña. La escuelacayó en desgracia, los padres no querían enviar a sus hijos, y varias maestras abandonaron su puesto. Inevitablemente la escuela terminó cerrando sus puertas. Nadie sabe con exactitud qué fue lo que invadió o se posesionó de la escuela. Algunos hablan de el fantasma de un niño, otros dicen que fue una maldición. Tal vez algún día se aclare el misterio de la escuela embrujada.
HACÍA RATO que viajabanpor la carretera provincial 21, recorriendo amplias zonas de terrenos descampados y áridos. Durante el trayecto habían escuchado algunos viejos cedes de AC/DC y Nirvana, y luego hablaron un poco, sobre todo de la vida siempre turbulenta de Martín, pero luego cayó sobre ellos un silencio lacónico, amodorrado, que pareció solidificarse con la llegada de la noche. A eso de las nueve, Horaciopreguntó por primera vez a dónde se dirigían, y Martín le respondió con una frasecita que, con su posterior repetición, comenzó a sonar como un mal chiste: “El GPS lo dirá” .Horacio reacomodó su grueso cuerpo sobre el asiento de acompañante y lo miró.-¿Qué dijiste?- Eso: que el GPS nos dirá a dónde tenemos que ir- respondió Martín, la mirada atenta en la ruta.-Es una broma, ¿no? Martín, como toda...
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