El valor de la cruz



Homilía del p. Efraín Sueldo Luque 23-03- 1997


“La ambivalencia del hombre que nació para ser feliz y se encuentra permanentemente con su limite, tiene que descansar en su Dios, que permite el camino de la cruz, pero es para llegar a el”


LECTURAS: Is. 50, 4- 7
Sal. 21,8- 9. 17- 20. 23- 24Flp. 2, 6- 11
Mc. 14, 1- 15, 47

Queridos hermanos:
Acabamos de escuchar este relato, según San Mateo, y en el día de hoy se celebra el Domingo de Ramos, o sea, cuando Jesús entra triunfante en Jerusalén, una semana antes de la Pasión. Y la Iglesia, en la liturgia, une las dos cosas. Por una parte el Domingo de Ramos, laentrada triunfal; por otra parte nos hace meditar en la Pasión, que acabamos de escuchar. Y... está bien así, porque esa es la historia del hombre, la historia del cristianismo: ese permanente moverse entre los misterios. En la procesión de Cristo triunfante, la entrada triunfante entre las multitudes, que aclamaban: “Bendito el que viene en nombre del Señor”; y la lectura de la Pasión, dónde esasmultitudes gritaban: “Crucifíquenlo, crucifíquenlo”, o “Que muera”. Un permanente contraste por parte, en mucho, de la misma gente, en la misma ciudad. Porque así es el hombre.

De ahí que remarquemos bien los contrastes: por una parte se lo recibe como el Rey de Israel. Y después escuchábamos a un sacerdote y un escriba que decían: “Si este es el Rey de Israel ¿quehace que no se baja de la cruz y creeremos en él?”. Había hecho cosas más importantes que bajarse de la cruz. Hacía dos o tres semanas que había resucitado a Lázaro, muerto de días, ahí, a cinco kilómetros de Jerusalén. Durante tres años había dado vista a los ciegos, había hecho hablar a los mudos, caminar paralíticos, resucitar muertos, había caminado entre las aguas... y no habían creído.Porque así es el hombre y nosotros no somos de otra raza. No tendremos todos sangre judía, pero el pecado de Adán y Eva nos viene también. Por eso nosotros seguramente que creemos, pero no hagamos la de Pedro: “Aunque todos te nieguen, yo no te negaré jamás”, “Esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, me vas a negar tres veces”.Por eso me parece que es una noche de mucha meditación. Y sobre todo, sacar como conclusión: “No nos confiemos, no nos confiemos”. Cristo también, a lo largo de la historia, acá en la tierra, nos decía que tuviéramos cuidado: “Nunca digas que de esta agua no has de beber”, porque mañana te vas a tragar hasta la última gota. “Nunca digas que de esta agua no has de beber”, lo diceCristo, que es Dios. ¿Por qué? Porque cree en el hombre, pero también lo conoce. Sabe que este hombre, que con toda la buena fe, y la buena voluntad, y profunda honestidad, hoy dice: “Yo no te negaré nunca”, pero como es débil, mañana lo va a negar o lo puede negar. Sabe que nosotros, con la mayor honestidad, hoy día, nos proponemos tal cosa y pasado mañana vemos que no lo hicimos. Porque ¿quiénde ustedes, quién de nosotros, puede decir cómo va a estar el 23 de marzo de 1999? Primero que no sabe si va a estar, y si lo supiera: en qué estado de ánimo, qué cosas le habrán pasado, cómo asumirá las cosas que pase, hasta dónde no las asumirá, hasta dónde se habrá abandonado en Dios -como Cristo-, y hasta dónde se habrá revelado contra Dios. ¿Alguien puede contestar eso?. Por favor, conteste sialguien puede. “Nunca digas de esta agua no he de beber”, no somos dioses, somos hombres y como hombres, falibles.

En nadie tenía más confianza Cristo, que en Pedro. Le cambia el nombre de Simón por Kefas, piedra. “Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. El de más confianza, y lo niega tres veces, por cobardía. Este es el hombre: de los ramos verdes con...