el vampiro
no
si
como
alrededor
su
a
Miraba
participara de las diversiones generales. Aparentemente, sólo atraían su atención las risas de los demás, como si pudieraacallarlas a su voluntad y amedrentar aquellos pechos donde reinaba la alegría
que
despreocupación.Los
la
y
experimentaban esta sensación de temor no sabían explicar cual era su causa.Algunos la atribuían a la mirada gris y fija, que penetraba hasta lo más hondo de una conciencia, hasta lo más profundo de un corazón. Aunque lo cierto era que la mirada sólo recaía sobre una mejillacon un rayo de plomo que pesaba sobre la piel que no lograba atravesar.
de
serie
una
provocaban
rarezas
Sus
invitaciones a las principales mansiones de la capital. Todosdeseaban verle, y quienes se hallaban acostumbrados a la excitación violenta, y experimentaban el peso del "ennui", estaban sumamente contentos de tener algo ante ellos capaz de atraer su atención demanera intensa.
A pesar del matiz mortal de su semblante, que jamás se coloreaba con un tinte rosado ni por modestia ni por la fuerte emoción de la pasión, pese a que sus facciones y su perfilfuesen bellos, muchas damas que andaban siempre en
de
trataban
notoriedad
de
busca
conquistar sus atenciones y conseguir al menos algunas señales de afecto. Lady Mercer, que habíasido la burla de todos los monstruos arrastrados a sus
de su
particulares después
aposentos
casamiento, se interpuso en su paso, e hizo cuanto pudo para llamar su atención... pero envano. Cuando la joven se hallaba ante él, aunque los ojos del misterioso personaje parecían fijos en
su
de
cuenta
darse
parecían
no
ella,
presencia. Incluso su...
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