"El vaso abierto" por alberto martinez-marquez
1
“Abra el libro como quien pela una fruta.” La invitación deviene desafío.
En el epígrafe inicial de Cinco metros de poemas (1927), el poeta vanguardista Carlos Oquendo de Amat nos enfrenta con la búsqueda pertinaz de las esencias. La símil propone el hallazgo de la cosa misma: eso que confiere al libro su cosidad, su carácter de libro; eso que hace que la obra sea laobra; la poesía, poesía, et cetera.
Pero, ¿cómo lograr, acaso, hacer a un lado los obstáculos que entorpecen el camino hacia la esencia, hacia el Ser?
Con Heidegger será preciso dilucidar este problema. Dice el filósofo alemán que somos seres atravesados por el lenguaje. de forma que es el lenguaje el que habla por nosotros; no lo contrario. También afirma que los hombres (y las mujeres)responden al lenguaje cuando hablan. En ese momento en que atendemos al reclamo del lenguaje, y, a la vez, somos interpelados por éste, es cuando se expresa el elemento poético (dichtung). Heidegger señala en El origen de la obra de arte que “el lenguaje mismo es Poesía en sentido esencial.”
El decir, nombra; proyecta; llama al Ser (Dasein); lo desoculta. Así, la obra de arte conoce “abiertamente lootro, revela lo otro; es alegoría.” Nos hallamos justo en el umbral. Nos encontramos frente a frente con la cosa, la esencia, el Ser.
En La poétique de l’espace—tal vez la reflexión más lúcida sobre el espacio y la poesía jamás escrita—Gaston Bachelard establece la dialéctica “dentro-fuera” que representa al umbral, siguiendo a Henri Micheaux:
Por medio del lenguaje poético, ondas de novedaddiscurren sobre la superficie del ser. Y el lenguaje lleva en sí la dialéctica de lo abierto y de lo cerrado. Por el sentido, encierra, por la expresión poética se abre.
La exploración heideggeriana concluye también que la vía del umbral es la apertura, y añade de inmediato que esa apertura representa un abismo. El abismo y la apertura conforman el medio por el cual habrá de afrontarse elno-espacio para extraer la esencia; de la cual, a su vez, el poeta del tiempo destituido abordará el tiempo nuevo. Ese abismo es el vaso abierto que nos prepara para una nueva aventura del Ser. Haciendo eco en las palabras del simbolista Charles Baudelaire en su célebre Les fleurs du mal: “au fond de l’inconnu pour retrouver le nouveau.”
“Abra el libro como quien pela una fruta”: el esplendor delumbral es también la morada del Ser.
2
“El valor esencial del arte consiste en que es el indicio del tránsito del hombre en el mundo.”
Con Fernando Pessoa nos dirigimos al plano de la experiencia, lo que Heidegger denomina el-Ser-en-el-mundo o temporalidad. La huella de nuestro paso por el mundo de la vida, tal y como lo establece el poeta y pensador portugués, constituye una verdadera ontologíade la obra de arte. La coincidencia con el autor de Sein und Zeit, no deja de sorprendernos. Pessoa añade:
Dejamos nuestra escritura como guía de una experiencia para los que han de venir, y como encaminamiento plausible de sus emociones. El arte, y no la historia, es la maestra de la vida.
En la oración final, Pessoa contradice su propia noción de arte como temporalidad. Debemos entenderque la historia es intrínseca al arte porque participa del mundo de la vida (lebenswelt), a la vez que el mundo de la vida participa del lenguaje. Y nosotros, como seres en el mundo, participamos de una experiencia histórica. Por eso escribe el poeta y narrador boliviano Jaime Sáenz en su novela Felipe Delgado: “El poeta es un hombre muy ocupado,” puesto que se ha instalado precisamente en esacoordenada de la experiencia. Decir-Nombrar-Vivir-Hacer-Morar.
A este respecto, Heidegger indica que la obra de arte, al desocultar al Ser, hace más patente la esencia. Comentando a Hölderlion, Heidegger plantea la necesidad de construir continuamente. De ahí que la emergencia de la poiesis, la consecución de la obra, sea la antesala del morar poético. La Poesía será entonces la forma con la que...
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