El vaso de leche
Manuel Rojas
En: Cuentos
Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1970
Compartir cuentos y enriquecer la vida
Un proyecto en las bibliotecas patrocinado por el National Endowment for the Humanities
TEXTO DEL CUENTO
PREPARACIÓN DEL CUENTO
Introducción
Primeras impresiones del coordinador sobre el
cuento
Aplicación del método: las cuatro categorías
PoéticaContrastes
Sombras
Temas
Notas del coordinador
LA SESIÓN: EL ENCUENTRO CON LOS PARTICIPANTES
Presentación del cuento al grupo
Lectura en voz alta
Algunas observaciones sobre el autor, país, etc.
Vocabulario
Alternativas para la discusión
Ejemplos de preguntas sobre el texto
Notas del coordinador después de la sesión
SUGERENCIAS PARA FUTURAS LECTURAS
Cuaderno – El vaso de leche –Manuel Rojas
El vaso de leche – Manuel Rojas
El vaso de leche – Manuel Rojas
EL VASO DE LECHE
Afirmado en la barandilla de estribor, el marinero parecía
esperar a alguien. Tenía en la mano izquierda un envoltorio
de papel blanco, manchado de grasa en varias partes. Con la otra
mano atendía la pipa.
Entre unos vagones apareció un joven delgado; se detuvo
un instante, miró hacia el mary avanzó después, caminando
por la orilla del muelle con las manos en los bolsillos, distraído
o pensando.
Cuando pasó frente al barco, el marinero le gritó en inglés:
– I say; look here! (¡Oiga, mire!)
El joven levantó la cabeza, y, sin detenerse, contestó en el
mismo idioma:
– Hallo! What? (¡Hola! ¿Qué?)
–Are you hungry? (¿Tiene hambre?)
Hubo un breve silencio, durante el cual el jovenpareció
reflexionar y hasta dio un paso más corto que los demás, como para
detenerse; pero al fin dijo, mientras dirigía al marinero una sonrisa
triste:
–No, I am not hungry! Thank you, sailor. (No, no tengo
hambre. Muchas gracias, marinero.)
–Very well. (Muy bien.)
Sacóse la pipa de la boca el marinero, escupió y colocándosela de nuevo entre los labios, miró hacia otro lado. El joven,avergonzado de que su aspecto despertara sentimientos de caridad, pareció apresurar el paso, como temiendo arrepentirse
de su negativa.
Un instante después, un magnífico vagabundo, vestido inverosímilmente de harapos, grandes zapatos rotos, larga barba
rubia y ojos azules, pasó ante el marinero, y éste, sin llamarlo
previamente, le gritó:
–Are you hungry?
No había terminado aún su pregunta,cuando el atorrante,
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El vaso de leche – Manuel Rojas
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mirando con ojos brillantes el paquete que el marinero tenía
en las manos, contestó apresuradamente:
–Yes, sir, I am very much hungry! (Si, señor, tengo harta
hambre.)
... Sonrió el marinero. El paquete voló en el aire y fue a caer
entre las manos ávidas delhambriento. Ni siquiera dio las gracias, y
abriendo el envoltorio calentito aún, sentóse en el
suelo, restregándose las manos alegremente al contemplar su
contenido. Un atorrante de puerto puede no saber inglés, pero nunca
se perdonaría no saber el suficiente como para pedir
de comer a uno que habla ese idioma.
El joven que pasara momentos antes, parado a corta distancia de allí, presenció laescena.
El también tenía hambre. Hacía tres días justos que no
comía, tres largos días. Y más por timidez y vergüenza que
por orgullo, se resistía a pararse delante de las escalas de los
vapores, a las horas de comida, esperando de la generosidad
de los marineros algún paquete que contuviera restos de guisos
y trozos de carne. No podía hacerlo, no podría hacerlo nunca. Y cuando, como en el casoreciente, alguno le ofrecía
sus sobras, las rechazaba heroicamente, sintiendo que la negativa aumentaba su hambre.
Seis días hacía que vagaba por las callejuelas y muelles de
aquel puerto. Lo había dejado allí un vapor inglés procedente
de Punta Arenas, puerto en donde había desertado de un
vapor en que servía como muchacho de capitán. Estuvo un mes
allí, ayudando en sus ocupaciones a un...
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