El Viejio

El viejito

Era augusto de Ortegón viudo de azapata, era pequeño, rechoncho, y con un mal genio, que vivía en los altos de los micos, una tierra muy buena, en la que se podía cosechar, de todos lostipos de cultivos, ubicada a las afueras de pato grande, donde las personas eran amigables, respetuosas, comprensivas, tolerantes, pero muy tacaña, en este pueblo no existía ni un solo banco, porquela gente prefería dejarlo bajo el colchón, que dejárselo a cualquier otra persona.
Todos los días se levantaba a las cinco de la mañana, a mirar si ya avía puesto la marrana, se bañaba, afeitaba,una de sus dos prendas de vestir, un par de vestidos de paño, uno de color gris, y el otro de color café. En la tarde se sienta haber, en la silla de plástico marca rimax, donde ve su gran cultivo delechuga, algodón, maíz, y una mata de guayabas que tiene para comer todos los fines de semana, el día sábado a las tres y media de la tarde. Y pasada la noche, coge su pijama, se cambia y se dirige ala cocina, donde coge un tarro grande, coge dos cucharadas, calienta un vaso de leche, revuelve, y se toma, como lo hace todos los días su café, a las siete de la noche en punto.
Un día como elresto de los días, don augusto se levantó, y sintió que este día era distinto a todos los demás, pero el siguió con su rutina, al momento de cambiarse, el pantalón se rompió desde la pantorrilla hasta laparte del cinturón, era el pantalón del vestido gris, y el al ver que el otro traje no estaba limpio, se puso ese, y se dirigió donde el costurero, que era un viejo amigo de el que se había conocidoen una de las fiestas del pueblo, que duraban entre ocho y nueve días, de los cuales ellos dos salían en todos, solo se dirigían a su casa a pasar el guayabo de las fiestas. Llegando donde su amigo enla calle de san Antonio, ubicada entre la primera y tercera, del pueblo.
Más tarde ya con su pantalón de doce años que le regalo su esposa remendado, se dirigió a su casa que quedaba a dos horas...