El villano en su rincon

El honrado, rico y honorable labrador de los más famosos y extremados dramas de honor del siglo de oro aparece aquí en clave de comedia. Se llama simbólicamente Juan Labrador y, aunque Lope porprudencia lo hace parisino y situa toda la acción en Francia, es un personaje que acumula todas las cualidades que se podían exigir a un buen vasallo de la España imperial, excepto el linaje noble. Lopequiere aquí, sin deshonras ni venganzas por el medio, abrir los brazos y homenajearle como una de las bases sociales del sistema que él defendía. Al fin y al cabo, no se trataba de ningún comercianteni artesano urbano, es decir, un burgués, de esos que a su juicio se hallaban emponzoñados de judaísmo e impiedad y que había que mirar con desconfianza, cuando no expulsar directamente, para evitarque modernizaran el país. Juan Labrador sigue “la fe del carbonero” en materia política. Se cree el rey de su casa, de su rincón. Es rico, todo le va bien, tiene muchos amigos, se lleva bien con laIglesia, honra a su rey, da limosna a los pobres, tiene asumida su condición de simple villano y tiene un hijo y una hija guapísimos y felicísimos. Se siente tan completo y tan feliz que no sientenecesidad de nada más. Ni siquiera de salir con los demás paisanos a ver la comitiva real cuando el monarca visita los alrededores de su pueblo para ir de caza. Al contrario, pasa de fastos, se escondedel rey y así lo proclama orgullosamente en el epitafio de su tumba, que ya tiene preparado: Yace aquí Juan Labrador, que nunca sirvió a señor, ni vio la Corte, ni al Rey, ni temió ni dio temor; nituvo necesidad, ni estuvo herido ni preso, ni en muchos años de edad vio en su casa mal suceso, envidia ni enfermedad &n bsp; Durante una de sus cacerías, el rey lee este epitafio y se informa sobrela identidad de Juan Labrador y llega a obsesionarse y a envidiar su situación de equilibrio y a enojarse por el poco interés que pone por su persona. Por ello, se disfraza como si fuera uno de sus...