EL VINCULO PATOLOGICO
La madre tóxica... o el abuso sin fin
Somos mamíferos sociales y, como tales, la figura más determinante en la génesis de nuestro psiquismo es, y sólo puede ser, la madre. Naturalmente, hay posteriormente en nuestra biografía muchas otras influencias (el padre, otros parientes, la escuela, la sociedad, la pareja, la salud, el trabajo...). Pero las capas más hondas denuestra personalidad, nuestra actitud ante la vida, el modo de afrontar nuestros éxitos y fracasos, etc., dependen enormemente del tipo de relación que existió en nuestra infancia -o sigue existiendo hoy- entre nuestra madre y nosotros. Este vínculo madre-hijo/a no sólo debió ser sano, sino también transitorio. Es decir, lo mismo que hay un destete físico, también debe haber, más adelante, undestete psíquico de la madre. Tras la adolescencia, tal destete debería quedar completado. La madre no sólo debe permitirlo, sino promoverlo activamente, pese a todas las posibles resistencias del hijo/a. Sólo así se logrará la salud emocional de toda la familia.
Ahora bien, esto sería lo sano. En la práctica, muchas madres no permiten crecer e independizarse emocionalmente a sus hijos, sino que, por suspropias y enormes carencias, cultivan una agobiante influencia sobre ellos, a los que se aferran desesperadamente (1). Entre estas madres, las más destructivas son las que, padeciendo severos trastornos neuróticos, o a veces incluso bordeando la psicosis, abusan psicoafectivamente de sus hijos -o más comúnmente de alguno de ellos- con todas las variantes del dominio, la sobreprotección, lamanipulación, la invasión, las quejas sin fin, las insidias y comadreos familiares, la crítica, el desprecio, las agresiones verbales, el chantaje, la intimidación, la culpabilización, etc. Esto las convierte en verdaderas "vampiras" de sus hijos, a los que, como esas lianas selváticas que ahogan a los árboles, confunden, paralizan y debilitan sin remedio. Los hijos, por eso mismo, son extremadamentedependientes e incapaces de alejarse de estas madres tóxicas, a las que odian tan profundamente como, a la vez, se culpabilizan por ello. Tanto dolor, generalmente negado (reprimido), lo expresarán entonces mediante complejos síntomas neuróticos (ansiedades, depresiones, adicciones, trastornos alimentarios y de personalidad, autoagresiones...). Y cuando este vínculo patológico, esta horriblesimbiosis madre-hijo/a (que a menudo es confundida socialmente con un ejemplar "amor de madre" (2), etc.) es máxima e insoportable ya desde la primera infancia, puede generar problemas psicóticos.
Mi experiencia profesional me ha enseñado que los vínculos patológicos suelen durar toda la vida de la madre. Un gran número de pacientes menores de 50 años enormemente confundidos, debilitados e incapaces devivir, siguen sosteniendo aún, en efecto, este tipo de simbiosis con madres asfixiantes. Por ejemplo, puede ser que aún convivan con ella, o que, ya independizados, casados o incluso viviendo en países lejanos, mantengan con ella relaciones muy frecuentes (3), ya sea en persona, por teléfono, internet. etc. De este modo, el inconsciente cordón umbilical se refuerza continuamente y las viejasheridas infantiles nunca cicatrizan. Más aún, cada nuevo contacto con la madre las reactiva (p.ej., en forma de sentimientos de humillación, anulación, ira, culpa...), con la consiguiente pérdida de energía. La víctima, movida por el miedo, la culpa y su escasa autoestima, ofrece siempre mansamente su cuello al verdugo para ser sangrada una vez más. Y, si intenta autoafirmarse, y no digamos yaemanciparse, la madre recurrirá entonces a todo su arsenal patológico para seguir conservando su dominio: broncas, lágrimas, victimismos, acusaciones, amenazas, chantajes, pseudoenfermedad... ¡Incluso intentará manipular al terapeuta de su desdichado hijo/a!
El padre, en estos casos, suele asumir dos papeles básicos. O bien es una figura ciega, indiferente o pasiva ante los abusos de la madre (ya que,...
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