El volador
Llega la navidad y poco a poco las ciudades se va decorando con adornos navideños, pósteres familiares y frases consumistas. Vivimos en un mundo basado en imágenes, ya noescuchamos ni leemos. Creemos en todo lo que nuestro ambiente nos ha mostrado. Somos ilusos y mordemos la carnada. Entramos en un estado poco racional en donde pensamos que es necesario comprar y estépensamiento se inserta como un chip que solo nos hace pensar en: Comprar, comprar, comprar… Gastamos el dinero rápidamente, que está se convierte estupefacto y aun así es ignorada por aquellos que no abrenlos ojos. No necesitamos consumir pero el consumir lo exige la sociedad y cedemos a su deseo; bien se ha dicho que la sociedad es la raíz del todo mal. Deambulamos en el pensamiento, incapaces dereconocer lo que une los deseos y forma lazos entre los individuos. Hemos perdido el significado de la navidad, el significado de la unión y del amor. Hemos reemplazado todo lo conocido por el frío ymentiroso deseo del consumismo. Lavan los cerebros con ideas utópicas sobre la posibilidad del tener todo. Queremos vivir cómodamente, pero nada nunca satisface esa hambre brutal, qué es canibalista delos sentimientos y el razonamiento. El efecto consumista o bien conocido como el hambre social nos tira constantemente mensajes llamativos, interesantes y purgantes para ceder su hambre por el papelmoneda. Este deseo imparable manipula y contorsiona la mentalidad de los jóvenes. Muchos de ellos se dejan llevar por los senderos del mal agradecimiento y el poco conformismo cuando están bañados enriquezas que muchos anhelan. Por ejemplo, ¿Qué sucedería si en cierto caso alguien de muy poco ingreso le regala calcetines a alguien más rico (económicamente) que ellos? Es lógico pensar que el ricoprimero diría gracias (hay veces no) y se fijaría si es de marca. Luego, procedería a tomar la siguiente acción sabiendo el origen del objeto: Guardarlo y no usarlo. Hemos corroído nuestra mente y...
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