El Voto Obligatorio y ¿La Calidad De La Democracia?
En esta ocasión quiero revisar con ustedes el supuestoargumento de la calidad de la democracia. Diversos columnistas tienden a señalar que una democracia en la cual muchos ciudadanos votan es de mejor calidad que aquellas en las cuales la votación ciudadana es más baja. A ello suman que esta baja cantidad de votantes incide de manera negativa en la legitimidad del gobernante y, por ende, afecta de manera negativa a la viabilidad y estabilidad delgobierno de turno. Tomemos el bisturí.
Este argumento sufre distintas fallas. En primer lugar da por sentado que la votación sufre una baja apocalíptica en materia de voto voluntario, cuestión que como veremos más adelante no necesariamente es así. En segundo lugar en ningún caso se entiende cuál es el nexo causal que existe entre una alta votación y una mayor calidad de la democracia, error que seagrava cuando no se explicita qué debemos entender por calidad en este caso. A pesar de este último déficit conceptual los invito a soslayarlo para ingresar al argumento de fondo, a saber, que una alta votación es garantía de una buena calidad de la democracia. Esta última afirmación es incorrecta: un alto número de votantes en una elección no es garantía ni síntoma de buena calidad en términosdemocráticos. Así, por ejemplo, una alta votación producto de sobornos e incentivos ilegales por parte de los candidatos será a todas luces incompatible con el concepto de democracia, a pesar de ser alto el número de electores. Lo anterior se explica porque lo importante en una democracia no pasa por el número de votantes sino por las causas que estos han tenido para concurrir a las urnas y por laposibilidad efectiva que hayan tenido todos de poder votar. La pregunta es inminente ¿podemos hablar de una buena calidad de la democracia cuando los votos son producto de una obligación? Difícilmente. Esa es la diferencia entre el voto voluntario y el voto obligatorio. El voto obligatorio no hace más que garantizar la asistencia presencial al evento eleccionario de una gran cantidad de ciudadanospero en caso alguno permite inducir o deducir la posición anímica en la cuál actúan los votantes ¿intervienen motivados por el candidato o por la sanción? No se puede saber. Algunos, para salvar este punto, podrán decirnos que ello puede sí puede concluirse, específicamente de la cantidad de votos blancos y nulos. Ello es parcialmente cierto (por ende incorrecto, diría un viejo profesor mío), sibien blancos y nulos nos permiten saber cuántos de los que votan en un sistema obligatorio no se convencieron de lo planteado por los candidatos no nos permite saber cuántos de los que votaron por un candidato lo hicieron bajo la convicción libre y razonada de que era la mejor opción y cuántos lo hicieron por inercia, al azar, por ocasión o simplemente porque les sonaba más conocido.¿Identificaremos la democracia con la sola presencia corporal del ciudadano en el local de votación o con el ciudadano que concurre de manera informada y razonada a votar? Esta segunda opción descrita es la que se identifica más con el voto voluntario. Esta modalidad electoral nos otorga una brújula de participación ciudadana, entendiendo esta última como un acto informado y razonado. En este caminopodremos inducir razonablemente que buena cantidad de los asistentes a votar en la modalidad de inscripción automática y voto voluntario serán aquellos que recibieron un argumento lo suficientemente bueno como para trasladar su humanidad al local de votación. Esto implica que quien quiera mover a los votantes ha de esforzarse por construir una propuesta lo suficientemente buena como para movilizar a...
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