El yo en sociedad
Fernando Savater, filósofo y escritorespañol, señala en su libro Ética para Amador que la mayoría de lo que hacemos y somos es por la desvivida costumbre envuelta tras un mandato. Mediante esto nuestra psicología va paulatinamente modificándose para al fin llegar a ser lo que hoy somos. La cultura en cada región va variando de país a país, de ciudad a ciudad, incluso de familia a familia. Existen cosas que se aprenden por mero interés desaber algo nuevo; otras, por aprender destrezas que permitan ser de utilidad; la mayoría es para obtener un beneficio. La curiosidad que tiene cada persona también varía dependiendo de ella, y de esto se desprenden los intereses personales. Pero aunque no tengamos conciencia de todo lo que existe en el mundo, todo lo real y lo surreal, cualquiera se las puede arreglar para vivir confortablemente sinsaber de ello. A criterio de mi raciocinio voy evaluando lo que me conviene y lo que no. “[…] entre todos los saberes posibles existe al menos uno imprescindible […] Se puede vivir de muchos modos pero hay modos que no dejan vivir.” (Fernando Savater, Ética para Amador). El hombre ha transfigurado la realidad pura para bautizarla con lo que ahora conocemos como sociedad, y pudiera diferir desdela libertad en el ser humano y el dilema sobre lo moral e inmoral. En las relaciones humanas hay ambigüedades que se dan con mucha frecuencia. Por definición la mentira se califica como algo malo, porque destruye la confianza de la palabra –algo necesario para vivir en sociedad-, pese a que hay veces que sirve para obtener un beneficio o un bien común. Se declara entonces la realidad social comoambigua: ambiciones y hábitos, en medio de la balanza del vicio y la virtud. No obstante, la definición de placer quizás pudiera ser interpretada como desmesura o libertinaje, cuando más que nada es lo bien que se sabe disfrutar lo que nos rodea. Michel de Montaigne dijo: “Hay que retener con todas nuestras uñas y dientes el uso de los placeres de la vida, que los años nos quitan de entre las manosunos después de otros.” Lo bueno es usar los placeres, tener control sobre ellos que no les permita revolverse contra el resto de la existencia personal. No me refiero, sin embargo, que signifique esconder el contexto de la vida. La diferencia entre el uso y el abuso es precisamente ésa: una cosa es vivir con placeres y otra es vivir para los placeres. En esto, a mi raciocinio, refugio elcontexto en la cita siguiente: “La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar dos monosílabos: sí o no. En su brevedad instantánea, como a la luz del relámpago, se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana.” (Octavio Paz, La otra voz).
La pregunta “quién soy yo” se limita a las órdenes,costumbres y caprichos. Cada uno de estos motivos inclina mi conducta hacia determinada dirección, explica con más certeza lo que debo hacer, lo que quiero hacer y lo que tengo que hacer. Las órdenes son mandatos impuestos por una autoridad mayor, a diferencia de las costumbres, van más de la comodidad de seguir la rutina. Esto, en similitud, se impone socialmente. En cambio, los caprichos brotanmomentáneamente sin ser impuestos ni con fin de imitación. “Tanto la virtud como el vicio están en nuestro poder. En efecto, siempre que está en nuestro poder el hacer, está también el no hacer, y siempre que está en nuestro poder el no, lo está el sí, de modo que si está en nuestro poder el obrar cuando es bello, lo estará también cuando es vergonzoso […]” (Aristóteles, Ética para Nicómaco). Aunque...
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