el yogui

El viaje del Yogui


Por allá en el año 1880, un hombre llamado Hadananta era adorado por la gente y eruditos devotos que lo acompañaban a todos los lados donde él iba; Hadananta era un hombre de mediana estatura, muy delgado, y algo encorvado por los años, este hombre solo vestía con una prenda muy delgada, casi desnudo, caminaba sin parar a pies descalzos, él tenía la edad de cien años.Hadananta, por haber traducido en cuatro idiomas los tres libros más importantes y sagrados de toda la India, fue conocido como el Yogui para la gente neófita. El yogui no hablaba con nadie quien vestía con joyas y hermosas vestiduras de seda fina.
En una madrugada muy oscura y fría, Hadananta había salido de su cabaña echa con palos de arboles caídos, paredes de barro y piso de piedras;Hadananta caminó sin parar hasta llegar a orillas del rio Yamuna, nadie en toda la India visitaba el rio Yamuna se rumoreaba en boca de todos; que este rio era un verdadero cementerio de cuerpos de grandes sabios y maestros, Hadananta se sentó en la fría tierra húmeda y cerró sus ojos involuntariamente. Todos al pasar por el rio veían a este hombre, algunos pensaban que ya estaba muerto, pero no era así.Era medio día y Hadananta abrió sus ojos rápidamente, y muy silencioso dio reverencias al rio tocando su frente a la tierra donde él estaba sentado, se puso de pie y volvió a su cabaña.
Todos veían pasar al Yogui semidesnudo sosteniéndose con un palo de roble y dos pergaminos con un lápiz a carbón que portaba en su mano izquierda; de improviso un pequeño niño se acercó a él y le pregunta.–Disculpe, ¿por qué usted siempre duerme a orillas de ese sucio rio? La verdad es que no encuentro nada de interesante y apto para dormir–
–Pequeño niño de humildes pensamientos, no es que yo duerma en ese rio sucio como dices tú, al contrario eso se le llama meditación y la meditación se obtiene en lugar alejados del ruido y de pensamientos mundanos. La mente es muy grande a ojos de mortales, peropequeño los de Dios, no es un lugar sucio, sólo mal cuidado– Todo lugar es apto para meditar, o como tu dices dormir– –Es una de las únicas formas en que uno se puede conectar con uno mismo– Dijo Hadananda con una vos muy apagada y suave a oídos de los demás.
– ¡Quiero aprender a meditar!– Exclamó el pequeño niño.
–Por supuesto pequeño, pero es un largo camino para lograr la perfección de lameditación – es hermosa pero como dije es un largo camino.
–Dime humilde niño ¿Qué es lo que haces a diario? ¿Con quién vives?-Le preguntó Hadananta al niño.
–La verdad es que no vivo con mis padres, ellos me abandonaron cuando tenía siete años, a diario mendigo por las casa pidiendo comida y algo de abrigo–
– ¡OH VISHNU! Apiádate de él. Bueno pequeño si quieres practicar la meditación y elBhakti Yoga es hora la edad para poder hacerlo–Ven conmigo vivirás en mi cabaña no es de gran lujo, pero es acogedora, te agradará– Dijo Hadananta mientras el pequeño niño lo ayudaba a caminar.
Hadananta y el pequeño niño caminaron sin parar hasta llegar a la colina más alta donde se ubicaba la cabaña del Yogui. Al llegar, Hadananta le dio su cama el pequeño, mientras que él se recostaba en un montónde heno. Así a pasos agigantados caía la noche y Hadananta le preguntó el nombre del niño.
– ¿Cómo es que te llamas pequeño?
–No tengo nombre, la verdad es que nunca supe mi nombre– dijo el pequeño niño abatido.
–No te preocupes yo te daré un nombre, pero cuando estés preparado y lleves en tu camino una vida espiritual, obtendrás tu nombre– Dijo Hadananta sonriendo.
–Gracias maestroNamaste– le dijo al yogui juntando sus dos manos haciendo una pequeña reverencia.
Pasaron cuatro años y el pequeño ya tenía 16 años de edad, había cambiado, era más alto, su rostro era más varonil y su vos era profunda.
Cada madrugada el niño y Hadananta caminaban a la orilla del rio Yamuna a meditar y hablar. En una de esas el niño preguntó a Hadananta;
–Maestro, ¿por qué en cada madrugada nos...