El Zorrito Abandonado

EL ZORRITO ABANDONADO IRINA KORSCHUNOW

Traducción de Rafael Arteaga Ilustraciones de Patricia Rodríguez
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De cómo la zorra se convierte en la madre del zorrito abandonado

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EL ZORRITO ESTA SOLO El zorrito temblaba de miedo entre los matorrales; se había quedado solo, completamente solo. Estaba esperando a su madre, pero ella jamás volvería. Un cazador la habíamatado. Pasaron muchas horas, y comenzó a llover. El zorrito, cada vez más atemorizado, sentía frío y hambre. Una zorra que pasaba por ahí alcanzó a oír los gemidos del cachorro.
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«Será mejor que siga de largo», se dijo «Mis hijos me esperan en la mala». Pero los sollozos del zorrito lá conmovieron tanto que terminó por meterse entre los matorrales para ver qué pasaba. —¿Qué tienes,pequeño? —preguntó la zorra, acariciando la cabeza del cachorro con una pata. El zorrito comenzó a chillar todavía Ihás fuerte, como hacen los zorros chiquitos cuando tienen hambre. —¿Por qué estás tan solo en medie del bosque? —le preguntó la zorra, ^sombrada—. ¿Dónde está tu madre! es que no tienes madre?

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lo olfateó. Olía como huele cualquier zorrito, y era suave y peludo, como todoslos zorritos.

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—¡Pobre bebé! — exclamó, y volvio a acariciarlo con una pata.

El cachorrito dejó de llorar. La zorra olía como su madre y despedía tanto calor como ella. ¿No podría darle un poco de leche? El zorrito se metió bajo el pecho suave de la zorra y comenzó a mamar. ¡Qué hambre tenía! La zorra retrocedió, haciendo a un lado al cachorro. «Este pequeño no es hijo mío; no lotraje al mundo», pensó. «Además, debo velar por mis tres hijos y eso es ya suficiente responsabilidad».
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sígüe durmiendo, pobrecito —le dijo al cachorro, y se levantó. Antes de irse lo miró por última vez ¡Qué solo iba a quedarse!. Ella le había dado su calor y su leche «¿Cómo dejarlo ahora?», se preguntó. Con mucho cuidado lo alzó. El zorrito se despertó y comenzó a lloriquear Lazorra lo puso suavemente sobre la hierba y lo lamió. —No tengas miedo, hijito. Ya nos vamos a casa —le dijo, volviendo a tomarlo entre los dientes y poniéndose en camino a la madriguera. Era mediodía y el bosque parecía tranquilo. El cachorro comenzó a llorar de nuevo y a tiritar de frío. —Está bien, te daré de comer —dijo la zorra, y se acostó a su lado para calentarlo. El zorrito se acurrucó juntoa ella y comenzó a mamar. Chasqueaba la

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lengua de puro contento y no paraba de chupar. —Come, come, hasta que estés llenito —le decía la zorra.

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EL PERRO Cuando el zorrito terminó de comer todo lo que le cupo, y un poquito más, se quedó profundamente dormido. La zorra permaneció un rato junto a él, feliz de verlo contento y satisfecho. «Ya vendrá a buscarlo su madre», pensó.Sin embargo, el tiempo pasó y la madre del zorrito no apareció. La zorra comenzó a preocuparse; debía volver a la madriguera, donde sus hijos la esperaban.

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De repente se detuvo, asustada. Escuchaba ladridos. Era, sin duda, el perro del cazador, ¡ese malvado perro

—j Zorra, zorra, zorra! —ladraba el

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perro, acercándose—. ¡Zorra, zorra, zorra! La zorra, despavorida, trató dealejarse, pero como llevaba cargado al zorrito, no podía correr tan rápido como de costumbre. Mientras tanto, el perro se acercaba más y más. La zorra pensó con horror én los afilados dientes del perro; pensó en todos los zorros y zorras que ese perro había matado, y pensó que si abandonaba al zorrito, salvaría su propia vida. Pero no lo hizo. Lo sostuvo entre

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con todas susfuerzas salió corriendo en zig-zag por la espesura, tratando de engañar al perro. Jadeaba tanto que casi no podía restar, pero siguió adelante con su presa carga. Saltó por encima de una rama caída. Su olfato le decía que había agua cerca. Pronto encontró un ancho arroyo y de un salto se metió en el agua. Nadó hasta a otra orilla y se escondió detrás de unos matorrales. No podía más. Era incapaz...