El Ángel

El Ángel
Chayanne J. Mata

Deslicé mi navaja de doble filo por su garganta, inmediatamente sentí como la sangre inundó mis manos, apoyé su cuerpo contra el mío, escurrí de mis manos la sangre, y dejé caer el cuerpo de aquel “fenómeno” a la yerba humedecida por causa del rocío. Miré al cielo y dije “uno más, porque a esto me llamaste”. No tenía miedo, sabía que nadiepodía haberme visto hacerlo. Así que nadie podía delatarme a las autoridades a menos que yo abriera la boca. Puse mi pie sobre su cuerpo, esputé sobre él, lo llamé “marica pecadora” y eché una carcajada. Caminé hasta mi vehículo, y me marché de allí, a toda prisa, mi mujer debía estar esperándome desvelada. Siempre lo hacía cuando no llegaba temprano a casa. Arribé a la casa, abrí con cautela lapuerta, traté de no hacer mucho escándalo y me acosté en el sofá, para poder mentir al decir la hora de mi llegada.
* * * * *
Me desperté por un ruido en la cocina y dije:
 ¿Qué es ese escándalo? ¿Acaso no puedo dormir tranquilo en mi casa?
 Dormirías tranquilo, si estuvieras en la habitación, querido.
 En mi casa duermo donde me salga de los cojones, lo mejor que haces escallarte, y dejarme descansar.
 Eso creo, ya que llegaste tardísimo.
 Soy tu marido, te callas o te cierro la boca a mi estilo.

Ella optó por callar; yo extendí un poco más mi descanso. A las doce del medio día, decidí levantarme, el calor me sofocaba. Me levanté y le pregunté a mi mujer por Adrián, mi único hijo. Me respondió diciendo “Ese muchacho aún no llega, desde ayer salió a eso de lassiete de la noche”. Se veía bastante preocupada y le dije “No te angusties mujer, sabes que ya tiene por costumbre no llegar a dormir. Debe estar en casa de una de sus novias. Salió al padre. Esas cosas yo las solía hacer de joven, dormía en casas de mujeres, mientras mis padres perdían la noche buscando mi paradero. Miré la hora y vi que se me hacía tarde para ir a la iglesia. Me duché lo más rápidoque pude y salí para allá.
En la iglesia no había nadie, estaba desolada, por eso iba a esa hora. Me arrodillé en frente del Cristo crucificado para rendirle cuentas. Dije “Padre lo hice, maté uno más en tu nombre. A esto me llamaste, a extinguir esa plaga de pecadores, a derramar su sangre. Soy leal a tu palabra, te juro con mi vida, que viviré para hacerlos sufrir y aniquilarlos”. Mientrasestaba allí me vinieron recuerdos de la primera vez que asesiné, fue en un lugar semejante a este, una iglesia protestante de mi pueblo, a la cual acudía de joven. El pastor Itriago ofrecía servicios tres veces en semana. Fui ascendiendo en los cargos eclesiásticos con rapidez; primero asistía como cualquier otro un fiel de la congregación y al poco tiempo ya ocupaba el cargo de líder del grupo dejóvenes. Demostré mi fidelidad absoluta a la iglesia; los demás jóvenes murmuraban que el pastor tenia preferencias conmigo, pero yo no lo vi así. Itriago era un pastor muy estricto y fiel acatador de las leyes sagradas, sus predicas eran sobre las leyes y el destino que tendrían los impíos al no seguirlas. Su típica predica comenzaba: “Hermanos, Dios les bendiga en esta noche. Hoy predicare bajo eltema: La homosexualidad, eso es un acto abominable ante los ojos de Dios amados míos. En el libro de Corintios, capitulo seis, versículo nueve está escrito así: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”. Luego de leer esa cita dijo: “Estos seres han sidoposeídos por demonios y su sangre ha sido contaminada, por lo tanto no merecen la misericordia de Jesucristo. Lo que les espera es quemarse en las pailas del infierno, se los llevara el diablo por pecadores; hermanos no nos juntéis con esta escoria por que podríamos terminar igual”. Este tipo de predica la llevaba a cabo al menos tres veces al mes. Poco a poco fue persuadiendo a la congregación y...