Elafhqsio Fhasdio F

El 24 de marzo de 1976 se produjo la última interrupción del orden constitucional en la Argentina, con un golpe militar que tuvo como consecuencia dolorosas situaciones para la Nacióny sus ciudadanos, que los medios recuerdan en estos días.
Al efectuar este recuerdo, en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, parece importante detenerse en lanecesidad de custodiar los valores de la democracia, para que la República no vuelva a pasar por algo semejante.
Los atropellos a la Constitución nunca han terminado bien para sus autores.Recordemos el asalto al poder por parte de Juan Carlos Onganía y sus secuaces, el 28 de junio de 1966.
El 24 de marzo de 1976 se produjo en gran parte por el debilitamiento de lasinstituciones, que no podían dar respuesta a la ciudadanía ante una caótica situación económica y una crisis política por falta de representatividad que no ofrecía opciones.
Hoy la democraciaestá afianzada como sistema de gobierno en la Argentina, y en su fuerza está la respuesta a cualquier intentona de quebrar la representatividad popular.
Sin embargo, es importante eldiálogo entre partidos políticos así como entre Gobierno y oposición. Hablar lenguajes distintos no conduce a nada, y más si llega a producirse alguna situación en que esté en riesgo laNación.
Es necesario el diálogo entre argentinos, con la buena fe que da el amar al país para servirlo y no para servirse de él.
La transparencia en las medidas de gobierno es importante, asícomo la colaboración entre quienes piensan distinto pero tienen como objetivo el bien común.
Si el diálogo se afianza, priorizando los intereses nacionales a los particulares, lacontinuidad de las instituciones de la República está garantizada. Avancemos en este sentido y las interrupciones del orden constitucional serán cosa del pasado y manuales históricos.