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El plan fallido para matar al asesino de Trotsky
Juan Alberto Cedillo
19 de enero de 2014
Reportaje Especial
Mercader. Interrogatorios
Un año después del asesinato en Coyoacán de León Trotsky, uno de los custodios de la cárcel de Lecumberri le escribió dos cartas a la viuda del revolucionario ruso para ofrecer su brazo vengador a cambio de dinero y eliminar al homicida RamónMercader. Las misivas –parte esencial de las cuales Proceso hace públicas por primera vez– permanecieron en los archivos de la Presidencia. Copias de ellas están ahora en el Archivo General de la Nación. El círculo cercano de Trotsky sospechó de esa oferta; se pensó que en realidad era un plan orquestado en Moscú con el propósito de eliminar a su peón y echarle la culpa a los seguidores del principalenemigo de Stalin.
MONTERREY, N.L. (Proceso).- Un año después del asesinato de León Trotsky, uno de los guardias de la cárcel de Lecumberri, Bartolo Oliva, se propuso cumplir el “deber sagrado de vengar” la muerte del revolucionario ruso y elaboró un plan para ejecutar al homicida Ramón Mercader del Río dentro del llamado Palacio Negro.
Cuando Mercader cumplió su primer año en Lecumberri ya sehabía convertido en el preso más famoso y disfrutaba de privilegios que el resto de los internos ni siquiera imaginaba: una singular crujía de dos cuartos llena de libros, con un aparato de radio de onda corta, y recibía las visitas de bellas mujeres además de tener a su servicio a varios custodios.
Su comida no era la misma que la de los demás prisioneros. Recibía alrededor de mil dólares mensualesdesde Nueva York –una fortuna en la época–, gracias a los cual sus viandas venían de los restaurantes más exclusivos y caros. A su celda llegaba la prensa, todo tipo de frutas de temporada, cigarros y lo que dejaba se los ofrecía a sus guardias. Llegó a tener un teléfono en su celda.
Desde los primeros meses de su estancia comenzó a devorar libros sobre electrónica y pronto se trasformó en el reoque arreglaba todo tipo de problemas eléctricos de la prisión. Gracias a ello los directivos de Lecumberri le permitían tener en su celda un pequeño taller donde realizaba diversos experimentos.
Atrás quedaron las épocas en las que los agentes de la policía secreta le propinaban dos golpizas diarias para hacerlo confesar su identidad.
Cuando asesinó a Trotsky quedó detenido como Jacques Mornard,hijo de un diplomático del servicio exterior de Bélgica. Esa identidad le fue fabricada por la División de Servicios Especiales de la GPU, antecedente del Comité para la Seguridad del Estado, el KGB de la Unión Soviética.
La historia de ese crimen comenzó cuando su madre, Caridad Mercader, fue reclutada en Barcelona como agente de la GPU y se convirtió en amante de Leonidas AleksandrovichEitingon, el más grande espía soviético del siglo XX, quien operaba en España con el pseudónimo de General Kotov.
Caridad y su hijo fueron llamados para participar en el asesinato de Trotsky. En una reunión celebrada en París a mediados de 1939 Eitingon seleccionó a Ramón para que se convirtiera en sus “ojos y oídos dentro del movimiento trotskista”.
En esa reunión también se acordó que un puñado demilicianos mexicanos que combatieron en la Guerra Civil Española, encabezados por David Alfaro Siqueiros, realizaran un asalto a la casa-fortaleza de Trotsky en Coyoacán. Leonidas bautizó el proyecto como Operación Pato.
Mercader entró al círculo cercano de Trotsky por la vía de enamorar a una de sus traductoras radicada en Nueva York, Sylvia Ageloff, a quien conoció en la capital francesa. Luegoambos viajaron a México y su “novia” lo llevó a la casa en la calle de Viena.
Gracias a la información proporcionada por Mercader se pudo planear el asalto a la fortaleza, el cual se concretó la madrugada del 20 de mayo de 1940. Sin embargo el ataque encabezado por Siqueiros fracasó. Así, Mercader se convirtió en la última opción de Leonidas para concretar la Operación Pato, ordenada por el...
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