Elena Garro

Se ilumina la escena con la luz del crepúsculo. Entran tres hombres: Juventino Juárez , Anselmo Duque y Ramiro Rosas. Los tres vienen
cubiertos de polvo , con los labios secos , la piel quemada y la ropa desteñida por el sol .
JUVENTINO.- Del hombre ni su sombra…llevamos dos días andados y parece que todos hubieran muerto…
RAMIRO: Así es .Solo , como Dios manda que sea un paraje solo
ANSELMO.-Dios no manda que uno viva en esta soledad .Más bien es al contrario: El nos dio la compañía de la mujer y la del hombre; el goce
de los árboles y el agua, así como también el ruido de los animales.
JUVENTINO.- No nos culpes a nosotros de estas soledades, que si por nosotros fuera ahora mismo brotarían los ojos de agua , las fuentes , los
árboles y los enjambres de pájaros que rodean a un Pueblo.ANSELMO.- Ya sé que también ustedes andan con los pies gastados. Igual que yo , igual que los perros allí echados porque ya no tienen fuerzas
ni para levantar el rabo.
JUVENTINO.-La fatiga te hace hablar así. Espera a que este resplandor baje, verás cómo hallamos consuelo en la frescura de las sombras .De
noche la fuerza retoña en los talones.
ANSELMO.-No me consuelo, ¡Que a veces las palabras sonestorbosas por faltar a la verdad!
RAMIRO.-¡Cállate , muchacho! ¡Tus quejidos no nos van a acercar al otro lado! Siempre estuvo a ocho leguas de aquí. Nadie ha hecho más largo
el tramo para hacernos la maldad.
ANSELMO:.-¡Desde cuando lo debíamos haber topado! Ya me cansé .¡Anda , anda y anda! Y cada vez se nos aleja más.
RAMIRO.- También yo estoy cansado ¡Que no daría por hallar algún cobijo y unpoco de agua fresca.
JUVENTINO.- ¡Quien los oyera! ¡Mírenlos , llorando por unas cuantas leguas de andada!... Aunque para mí , también sería muy placentero
encontrarme bajo techo… ya ni cuenta llevo de las noches pasadas al sereno…
ANSELMO.-Mis ojos no han visto todavía más que padeceres.
RAMIRO.- ¡Así está dispuesto!
JUVENTINO.- Es mejor no fijar la vista. Traerla vaga, para no ver tantos malespara no ver tantos males que caen sobre nosotros.
ANSELMO.- Yo diría que no, que hay que traer la vista bien alerta. Sólo así podemos ver lo que se nos esconde…Todo está al alcance de los
ojos, sólo que no lo sabemos mirar.
VOZ DE MUJER.- ¡Hasta mis ojos, mis ojos están al alcance de los tuyos!
Los tres hombres se sobresaltan .Miran hacía el punto de donde vino la voz.
ANSELMO.- ¡Era voz de mujer!RAMIRO.- No veo sus ojos…
JUVENTINO.- ¡Que vas a andar viendo si no hay nada!...Y además…no oímos nada…Se nos figuró…
VOZ DE MUJER: Algunos creen que ya vieron y oyeron todo.
ANSELMO.-Mis ojos todavía no han visto nada…nada más que padeceres.
RAMIRO.- Anselmo decía bien, el mal está en que no sabemos ver. ¿Por dónde hallaré tus ojos, amable voz?
JUVENTINO.- ¡No se dejen embriagar por el engaño!
VOZDE MUJER.-Hay que vivir embriagados, mirando las embriagadoras fuentes, los pájaros y los ojos de la mujer.
JUVENTINO.- ¡No tientes a un pobre hombre! Los ojos del vicio son malos .Aunque, diciéndolo mejor, son malos y son buenos, porque también
Dios los permite.
ANSELMO.- Todos los ojos son buenos .Con ellos he visto el agua y también he visto el vino, que es un placer más grande, y del cualando
privado…Y quisiera ver tus ojos como veo tu voz.
JUVENTINO.- Sólo con los ojos del vino podríamos ver lo que estás buscando.
RAMIRO.- Quién sabe ¡Estos ojos también son muy serviciales!
ANSELMO.- Por ellos entra el gusto y el disgusto, el placer y la amistad. Y eso que todos buscamos, una amble compañía.
VOS DE MUJER.- ¿Y por qué no quieren ver a esta amable compañía? Si quisieran…mis ojosestarían ya dentro de los suyos…
JUVENTINO.- ¡Muy cierto! ¡Muchas brutalidades veríamos!
RAMIRO.- Y también mucha hermosura
ANSELMO.- ¡Y también mucho pecado! Porque sólo pecando se conserva el hombre… ¡Muéstrate amable compañía!
Los tres miran el punto de donde viene la voz. En ese lugar aparece una tiendita. Su rótulo dice: “El encanto”. La tienda desparrama luz dorada;
sus costales son luminosos;...