Ella Y Su Puta Vida Ordenada



I


Ella y su puta vida ordenada, su maldita vida "as usual", su tonta y apacible "comuneidad". Se acostaba temprano y se levantaba temprano, como Dios manda. Esposa y madre amorosa, los domingos iba a misa, los lunes limpiaba la casa, martes, reunión con amigas, (miércoles limpiaba la casa, jueves, reunión con amigas).
Su vida no era de ella, ella era de su vida, la rutina tenía lospantalones, o mejor dicho, el acostumbramiento, el santo "vivir bien": ella y su puta vida ordenada, ella y su maldita y resignada moral. Ella y su tonto dejarse arrastrar...
No es más que el más patético de los estereotipos.

Todo esto pensé, con las llaves de casa en la mano, a punto de entar, pero interrumpida por una vorágine de luces, cámaras, personas y periodistas, y mi vecina en el centro de laescena, haciendo sus tontas declaraciones: me quedé unos 40 segundos escuchándola, a ella y a los desaforados que se agolpaban para sacar algún interesantísimo dato. ¿De qué? El vecino de al lado, se había suicidado, llevándose además con él la vida de una "persona de sexo femenino, joven, de unos aproximados 30 años" según datos policiales.

- Oh no no -casi se sonroja- Él era un buen hombre,pagaba sus impuestos -necesitó justificarse.
-¿Entonces no cree en la hipótesis del crimen pasional seguido de suicidio?
- Pero por favor! Le digo que era un buen hombre. -Indignada caminó trabajosamente hasta el interior de la casa y cerró la puerta tras de sí.

No pude evitar levantar la ceja. Ella y su estúpida y anticuada moral. Si me escuchara estoy segura refunfuñaría ofendida pero controlada:"Prejuiciosa" . En ese caso, la respuesta más apropiada sería "Perdónala señor, no entiende lo que dice (aún no aprendió a pensar)" Es el tipo de mente en que no cabe la no-oposición bueno-malo.

Por fin entré, aún me causaba gracia su forma de fruncir el ceño y negar ladeando la cabeza. Cerré la primer puerta, la segunda y la tercera, sólo así se hizo soportable el mitigado ruido exterior, y decidíacostarme a leer, como acostumbraba, cuasi a oscuras, sólo con una miserable lamparita de 25 wats, es que en ese momento más que en la mayoría necesitaba un ambiente lo más cerrado posible, y la luz crea al ambiente, así, más allá de unos 50 centímetros solo había oscuridad como paredes: qué confortables eran esas dimensiones. El Cristo y el Anticristo me miraban desde la mesita de luz, dudé:¿Mateo o Federico?.
Me tentaron esas hojas finitas y aceradas, casi transparentes, la división en dos columnas y las letras grabadas en dorado: el Nuevo Testamento, no dejaba de llamarme la atención que algo tan poco convincente fuera tan "creído", no en vano habían hecho semejante énfasis en la fe.












































II

Me desperté. Llovía, hacía frío, era un díaespecialmente en que era preferible no existir. Aún me esperaba la agonía de un domingo
y el volver a empezar de un lunes tan gris como cualquiera...

Viendo hacia afuera, siguiendo con la mirada cada gota que se deslizaba suavemente sobre el vidrio, esperando, pensando, viviendo, siguiendo...
Mirando hacia adentro, no, mucho más adentro que eso, casi hacia atrás... un poco antes de llegar a la nuca: grisde ausencia...
¿Está tan lejos el último extremo del hilo?
Otra vez la ceja: hice el movimiento voluntario de volverla a su lugar, agachando además la cabeza.

Caminé hacia el patio, pero me topé con ventana y tuve que mirar: Mi vecina, sentada al sol a través del vidrio impecable de la ventana del cuarto más blanco del mundo, molestaba a la vista, cualquiera hubiera necesitado entrecerrar losojos. El mantel con puntillas le rozaba suavemente la rodilla tras la pollera. Sacaba un papel de la pilita, lo enderezaba paralelo al borde de la mesa, lo estiraba bien, y lo doblaba vertical, justo al medio, pasaba la mano por encima para volver a alisarlo y lo ponía en la pilita de al lado, pero de forma que correspondiera exactamente con el precedente. Repitió esto una vez y 38 más. Ahora...